Festival de gastos y palabras gastadas

El tono siempre es desafiante. Como si preguntara quién podría gastar más y el espejo le devolviera su propia imagen. Cristina Kirchner hace campaña electoral para sus candidatos con una apología del gasto público, como si dispusiera de una tarjeta de crédito sin límite o una caja fiscal inagotable. Durante casi toda su gestión gastó más de lo mucho que recaudó. Y está dispuesta a que su año de despedida de la Casa Rosada no sea la excepción.

En los primeros cuatro meses de 2015 el gasto primario ya aumentó (46,8% interanual), más de 20 puntos porcentuales que los ingresos tributarios (26%). Y seguirá en alza a medida que se acerquen las elecciones. El déficit (estimado en $ 320.000 millones) debe cubrirse mayormente con la "maquinita" del Banco Central; pero la emisión llegó a tal límite que obliga a colocar deuda interna a corto plazo o externa a más largo plazo con tasas exorbitantes. Quien advierta que eso no es lo que haría en su propia familia, ni se lo permitiría al administrador del consorcio, será acusado de agorero o neoliberal. Por más que se sepa que estas políticas populistas no duran para siempre y el costo se termina pagando, por las buenas o por las malas.

Para la Presidenta gobernar es gastar. Y no sólo eso: también promocionarlo constantemente. De ahí que la partida de propaganda a través del aparato oficial y paraoficial de medios ya haya recibido, a sola firma de CFK, un refuerzo presupuestario de $ 600 millones (de $ 1200 a $ 1800 millones), antes de la primera mitad del año. En el caso de obras públicas, da lo mismo que se inauguren, reinauguren, recién se inicien o queden en un limbo de plazos, costos o prioridades. Sin ir más lejos, de los 22 discursos de CFK por cadena en lo que va de 2015, dos estuvieron dedicados a la primera soldadura del Gasoducto del Noreste (GNEA), anunciado hace 11 años y que requerirá gas importado para transportar. Otro, a la puesta en marcha a pleno de Atucha II, que insólitamente ya había sido "inaugurada" durante la campaña electoral de 2011 cuando la central nuclear aún no generaba electricidad. Y un cuarto al anuncio del "tren del shale" en Neuquén, que YPF utilizará para bajar costos logísticos en Vaca Muerta, pero que aún no tiene vías.

En su último mensaje por cadena, desde Mendoza, Cristina fue más allá. No sólo sostuvo que a su gobierno nadie podía darle lecciones sobre cómo hacer crecer la economía, sino que desafió a los candidatos a sucederla a explicar qué piensan hacer con el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR