Fernanda Russo: una aventura precoz, para que Tokio 2020 sea ya un objetivo concreto

RÍO DE JANEIRO.- Se desarmó en un llanto, se abrazó con su mamá, Elena, con su tía, Andrea, y con su entrenador, Ricardo Brígido. Fernanda Russo sabía que había experimentado una sensación increíble a los 16 años y en sus primeros Juegos Olímpicos. La tiradora cordobesa entendía que había concretado una buena actuación, pero todavía no sabía que había finalizado 20°, una ubicación que no se imaginaba. "¿En serio veinte? ¿En serio me lo confirmás?", preguntaba a un canal de televisión argentino. Entonces, cuando desde el otro lado le ratificaron el dato en vivo, lloró mucho más, fundida en mil abrazos con sus afectos.

La más joven de los 213 atletas de la delegación argentina alcanzó una marca total de 414,4 puntos y quedó al margen de la final de la prueba de rifle de aire 10 metros, a la que accedían las ocho primeras. La octava, la china Yi Siling, se había metido en la definición con 415,9. La medalla dorada que quedó en poder de la norteamericana Virginia Thrasher.

Sin embargo, para la argentina fue una experiencia única, porque significó la certeza de que está haciendo muy bien lo que le gusta. En su momento, canceló su fiesta de 15 en La Rioja -donde vive desde que tiene seis meses de vida- porque quiso prepararse a conciencia para los Juegos de la Juventud de Nanjing 2014. Luego, en los Panamericanos de Toronto 2015, tuvo el espaldarazo que necesitaba, al conquistar la medalla plateada...

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