El fenómeno Simeone se fortalece con nuevos hitos

MADRID.- El cuarto árbitro no podía atajarlo. Diego Simeone se metía al campo como si quisiera lanzarse a trabar esas últimas pelotas. Disparaba órdenes a los gritos mientras el Bernabéu era una postal de la desilusión, con miles de hinchas de Real Madrid que, sin esperar el final, huían silbando a su equipo de estrellas apagadas.

Ese fastidio colectivo en la tarde- noche madrileña retrataba mejor que cualquier jugada el legado de Simeone en Atlético: los perdedores de siempre ahora dominan a su vecino rico en el derby de la capital, lo doblegan psicológicamente, escriben una leyenda por capítulos.

"Tomamos con naturalidad ganar acá", dijo el director técnico argentino, ya con las pulsaciones en su sitio, cuando el 1-0 no tenía vuelta atrás. Por tercer año consecutivo se quedó con el clásico de liga en la casa de Real Madrid. Jamás había ocurrido.

Es un vuelco histórico. Atlético se pasó 14 años sin ganarle a su máximo rival antes de la llegada de Simeone. Ir al derby madrileño era como ver Titanic: uno podía entretenerse con el desarrollo, pero ya sabía cómo terminaba.

Se acabó. Simeone rompió el maleficio en 2013, en una definición de Copa del Rey en el Bernabéu. En cuatro años al mando del equipo se enfrentó 19 veces con Real Madrid: siete victorias, cinco empates y siete derrotas. Una de éstas -claro- es la espina que le dolerá siempre: la final europea de 2014 que se le escapó en el último segundo, con el cabezazo antológico de Sergio Ramos.

Pero en el camino lo sufrieron José Mourinho, Carlo Ancelotti, un poco el efímero Rafa Benítez (un duelo, empate) y ayer Zinedine Zidane, víctima impotente de una lección táctica en el primer desafío de alto vuelo que le tocaba como director técnico de primera división.

"Fuimos el Atlético de Madrid. No podría presentar mejor a mi equipo. Nosotros somos esto", sintetizó Simeone -de uniforme: saco, camisa y corbata negra- en la sala de prensa del Bernabéu.

"Esto" significa un equipo granítico, gremial, que prioriza el orden sobre la estética, virtud a la que apela apenas en ráfagas, como si pudiera gastarse.

El modelo es reconocible y perdurable. Con esas armas Simeone cosechó hace casi dos años la única liga del club desde que él mismo la ganó como jugador en 1996. Tiene una Copa del Rey (2013), una Supercopa de España (2015), una Liga Europa (2011

2012) y una Supercopa continental (2012). Superó ya el palmarés de su maestro, Luis Aragonés, a quien ahora acompaña en la cima de los máximos ídolos...

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