La fatal atracción entre las estrellas y el poder

A Juan Duarte, el hermano de Evita, le decían "jabón Lux" porque "nueve de cada diez estrellas lo usan". El cuñado del general Perón, de quien fue secretario privado, usufructuaba su cercanía con la pareja presidencial para el tráfico de influencias y retozar entre las beldades del ambiente. Hasta para hacerse más atractivo se convirtió en uno de los accionistas de la por entonces poderosa Argentina Sono Film.Fanny Navarro ya era una estrella cuando se convirtió en amante de Duarte y en amiga íntima de Evita. Cuando en menos de 9 meses murieron sus protectores, Navarro fue barranca abajo y la situación se le terminó de complicar del todo cuando llegó el golpe militar de 1955.Es que muchas estrellas se acercan al poder en busca de una luz que las haga resplandecer todavía más sin darse cuenta de que pueden llegar a chamuscarse.Pero no aprenden y lo vuelven a intentar. En efecto, el poder y los artistas siempre se han atraído porque tienen mucho para ofrecerse mutuamente y, por eso, se profesan un recíproco cholulismo. Pero parecen mantener una relación más de conveniencia que de amor. Por lo menos, no se registra que el sentimiento perdure cuando el ocaso toca a alguna de las dos partes.Se podrá decir, y es verdad, que hay artistas que se han mantenido leales toda la vida al peronismo (por más que éste haya fluctuado entre extremos tan divergentes como el camporismo y el lopezrreguismo o, más acá, entre el neoliberalismo menemista y el neoestatismo kirchnerista), pero son los menos...

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