Un faraónico estadio que parece un museo

RIAD (De un enviado especial).? Es un verdadero espectáculo. El estadio Rey Fahd es una obra de arte. No es una cancha, es un museo. Construido en 1987, con capacidad para 70.000 personas, fue una faraónica estructura que costó unos 350.000.000 de dólares. Dicen que tiene el mayor techo de un estadio en el mundo. Que da sombra a casi todos los asientos: por la noche, conviene ponerse un saquito; el desierto queda del otro lado del mundo. Allí, el seleccionado, con Messi, con Agüero, con Di María y tantos otros. Hay unas 300 personas que siguen sus pasos. Si no son todos periodistas y fotógrafos, al menos, tienen cámaras, celulares y algún bolígrafo. Nadie quiere perdérselo. Sin embargo, en el lujoso hotel casi no los conocen.Es que la seguridad excesiva (ayer, además, había una convención de embajadores del mundo árabe y policías y militares sin ganas de sociabilizar) hace que casi no pasen por el lobby. Se escapan como si se tratase de aventureros: siempre por la puerta de atrás. Por eso, los que están aquí, en el palacio futbolero, dicen todo el tiempo la misma bendita palabra. "¡Messi, Messi, Messi?!" Y así, por espacio de unos 30 minutos, los permitidos para ver en vivo a las figuras.Media hora más tarde, entre túnica, ojotas y arena blanca, Alejandro Sabella, en la sala de conferencias, cuenta algunas cosas del partido. Presentador y traductor al lado, es un espectáculo entretenido. El presentador, dichoso, se entromete con un prólogo algo extenso. En árabe, claro. Si Sabella no se duerme es porque resulta un hombre educado. El juego de preguntas y...

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