Fantasías: ¿cuesta más cumplirlas con la pareja?

"Busco alguien con quien concretar una fantasía que tengo", dice Tomás, en uno de los tantos chats que sirven para encontrar una pareja ocasional. Casado y padre de dos hijos, especifica que se trata de un solo encuentro. "Cumplo mi fantasía y listo", dice sin especificar cuál es.

Las fantasías se volvieron una parte fundamental de la sexualidad. Existieron siempre, pero la diferencia es que ahora hay mayor interés por llevarlas a la práctica. Y en esa búsqueda de concretar aquello que tanto deseamos, muchos prefieren hacerlo con una persona que no sea su pareja. es decir, un extraño o un outsider con el que no haya ningún vínculo afectivo. Una reciente encuesta de la red de citas Second Love dice que más del 85% de los encuestados confesaron que buscan cumplir sus fantasías con amantes y no con su pareja. Aunque suena lógico, no deja de resultar curioso. Como si el tabú ya no fuera la fantasía en sí misma, sino el hecho de realizarla con quien se comparte la vida, los hijos y la cama.

Por miedo, por vergüenza o por culpa, aquellas fantasías que habitan en el inconsciente muchas veces ni siquiera son confesadas a la pareja.

"Creo que cumplir una fantasía con un extraño es más fácil, sobre todo cuando esa fantasía no encaja con ciertos estándares sociales de la masculinidad o de la feminidad -sostiene Matías Lamouret, vocero de Second Love para América latina-. A mi pareja la tengo que ver todos los días, tengo que cargar con esa cuestión que a muchos les da culpa o vergüenza. Con un amante eso no pasa. Por eso creo que hay que ser más valiente para llevar a cabo una fantasía con tu pareja. Son barreras que hay que ir rompiendo, pero no es fácil porque el matrimonio cumple un rol social y en esa construcción social todavía no se admiten ciertas cosas. A muchos los paraliza el miedo a que la pareja piense que es un perverso".

El problema surge cuando la fantasía se vuelve materia opinable y aquello con lo que fantaseamos es juzgado por la sociedad. "Hace poco vimos cómo en las redes sociales se burlaban de una práctica sexual que una figura muy conocida hacía con su supuesta amante. Eso no ayuda a liberarse de las ataduras. La fantasía, salvo que sea un delito, no es materia opinable mientras sea en el ámbito privado y esté consentida", asegura Lamouret.

Para el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin, si bien cada vez son más las personas que se animan a llevar adelante prácticas que sólo se pensaban para relaciones con escaso compromiso...

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