'¡La familia necesita un milagro!', clamó el Papa en su primera gran misa en español

GUAYAQUIL.- Pese a un sol abrasador, 34 grados y humedad del 90%, Francisco ayer no flaqueó. Energizado ante el fervor de más de 800.000 personas, en la primera gran misa campal de su maratón latinoamericana destacó la centralidad de la familia, la "gran riqueza de la sociedad", "donde nadie está descartado" y donde se aprende "el criterio del verdadero amor".

Y en un mensaje claro al mundo político pidió que ayude a las familias a través de los servicios sociales. "No son una forma de limosna, sino una verdadera deuda social respecto de la institución familiar, que tanto aporta al bien común de todos", clamó, provocando aplausos.

Francisco, que por primera vez celebró una misa multitudinaria en español, también le envió una mensaje claro a la propia Iglesia Católica. Y en especial a los más de 300 obispos de todo el mundo que participarán del próximo sínodo sobre la familia que tendrá lugar en octubre en el Vaticano. La asamblea pretende "encontrar soluciones concretas a las muchas dificultades e importantes desafíos que la familia hoy debe afrontar".

De cara a este evento crucial, pidió intensificar las oraciones para que "Dios pueda transformar en milagro todo lo que nos parezca impuro, nos escandalice o espante".

"¡La familia hoy necesita de este milagro! ¡La familia necesita un milagro!", clamó, en una homilía apasionada. Si bien algunos vaticanistas lo interpretaron como una señal de apertura del Papa a los divorciados vueltos a casar o las parejas gay, el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, desestimó semejante interpretación. "El Papa espera que el sínodo encuentre la manera de ayudar a las personas para pasar de situaciones de pecado a estados de gracia, no se refiere a nada específico", aclaró.

De los más de 2800 metros de altura de Quito, Francisco llegó a esta ciudad a nivel del mar y temperatura infernal tras un vuelo de 50 minutos. Llamada popularmente "la Miami chiquita", Guayaquil es la ciudad con más movimiento económico de Ecuador debido a su puerto comercial. Según la leyenda, su nombre deriva de la unión del heroico jefe indio "Guaya" y de su esposa "Quil".

"Gracias por venir a Guayaquil", decía una de las pancartas que se veían en la ciudad, que estalló en un grito de júbilo apenas llegó el Papa. Como preveía su agenda agotadora, Francisco enseguida visitó el santuario de la Divina Misericordia, el segundo en importancia de Ecuador. Luego de rezarle a la Virgen, al despedirse de los más de 2500 fieles allí...

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