El falso progresismo de la pretendida triple filiación

Hace pocos días el Registro de las Personas de la Provincia de Buenos Aires, mediante una resolución, inscribió el reconocimiento paterno de un bebe, a la vez que se lo registraba como hijo de un matrimonio conformado por dos mujeres. Así pues, se ha dicho que se trata de la primera inscripción del nacimiento de un niño con tres padres. Si bien no está claro cómo fue el mecanismo utilizado para la procreación, trascendió que fue el resultado de una inseminación asistida, y que el aportante de los gametos masculinos es quien ha reconocido al niño como propio.

Normalmente, el reconocimiento aceptado de un tercero en la relación debería excluir a uno de los presuntos progenitores. En este caso particular, como la paternidad entre mujeres no es científicamente posible, y el niño efectivamente tiene un padre, se ha aceptado inscribirlo como hijo del matrimonio femenino, pese a estar reconocido por su padre natural. De allí que, formalmente, tendría un padre y dos madres.

El fundamento invocado por las autoridades provinciales es que el registro de un hijo por dos madres, además del padre, no está prohibido, por lo que, con presunto fundamento en los derechos del niño y su protección, se autoriza la inscripción en cuestión.

La curiosidad registral, que ha merecido el beneplácito de los funcionarios provinciales, se inscribe en la creciente lista de violaciones al orden natural, como si la originalidad en esta materia fuera un mérito por ser festejado. Lo cierto es que la ley siempre trató de imitar a la naturaleza, respetándola en todo lo posible. Últimamente parece de buen tono sostener todo lo contrario.

Pero lo peor es que ese argumento prueba demasiado, pues el...

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