La faceta goleadora de Compagnucci disimuló su juego siempre al límite

MONTEVIDEO (De un enviado especial).– Las vueltas del fútbol en un certamen. Un jugador puede saltar del ostracismo a la notoriedad en un pestañeo. Es el caso de Lucio Compagnucci, que pasó de recibir hace unos partidos un fuerte correctivo de Humberto Grondona, en la caída ante Paraguay por la etapa de grupos, a festejar el gol de anoche, un empate vital.

"Colombia es un equipo fuerte y rápido; sabíamos que íbamos a sufrir abajo y los de arriba no estuvieron tan finos como en otros partidos, pero se nos dio en el último minuto. Después, con la derrota parcial ya estábamos jugados: incluso ellos estaban más cerca del segundo tanto que nosotros del empate, aunque tuve la suerte de que la pelota me quedó ahí para definir. Fue una alegría", señaló el volante de Vélez, blanco predilecto de esa montonera eufórica de los chicos, que celebró la igualdad definitiva con el alma.

No la tuvo fácil Compagnucci en el Sudamericano. O mejor dicho; él mismo complicó su situación en el seleccionado por su fuerte temperamento, un modo de jugar que lo deja casi siempre al borde de la expulsión. Suele quedar al límite en el aspecto disciplinario y, de hecho, ayer ante Colombia anduvo a los manotazos y arañó a Barrera, lo que justificaba una tarjeta roja.

En la segunda fecha, ante Paraguay, el entrenador se enojó con la actitud de Compagnucci, que a los 14 minutos le dio un codazo al volante Enrique Araujo. Entonces, decidió reemplazarlo dos minutos después por el delantero Rodrigo Contreras. Volante y DT ni se miraron cuando el jugador salió del campo. Grondona ya arrastraba el enojo del debut ante Ecuador por sus errores, ya que intentó tirar un caño donde no debía (y de esa acción llegó el primer gol rival) y luego porque cometió el penal para el descuento final 2-5 de Ecuador. Con esta suma de antecedentes, Grondona le quitó la titularidad en el tercer compromiso ante Perú, en Colonia, pero volvió a recurrir a él para estos momentos cruciales del Sudamericano.

Más allá de la situación particular de Compagnucci, Grondona se mostró satisfecho por el rendimiento: "Fuimos siempre con el corazón. No era justo que perdiéramos. Me gustó el equipo. Somos una selección que siempre hace un gol. El 1-1 resultó un premio justo. Fue un partido tenso, lindo, vibrante. Y quiero ver el penal..."

Y Emanuel Mammana destacó la ambición del equipo en los 90 minutos: "Queríamos empatar o ganar ante un rival tan duro como...

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