Cómo fabricar un asesino... o un inocente

Steven Avery camina unos pasos con los ojos perdidos, una sonrisa ruidosa y la barba de motoquero hasta fundirse en un abrazo con sus familiares. La escena transcurre en la entrada del negocio de los Avery, un depósito de autos usados en Manitowoc.

Este pueblucho perdido de Wisconsin terminó transformándose en las últimas semanas en un punto clave de la política de los Estados Unidos. Todos hablan de Manitowoc y de Steven. O mejor dicho: de Steven y de su historia que puso el sistema legal y jurídico de ese país en discusión.

El documental Making a Murderer que estrenó Netflix (también en la Argentina) activó una bomba de profundidad. ¿Qué pasa cuando una persona como Steven se come 18 años preso por un crimen -violación- que no cometió? Hasta ahí la pregunta parece bastante común y abordada por el cine documental. Pero, ¿qué pasa cuando esa persona que sale en 2003 como un héroe civil, un ejemplo de resistencia, una piedra en el zapato del sistema, termina envuelta otra vez en un crimen peor? El documental presentado en episodios como una serie logra envasar para el consumo masivo un género totalmente nuevo de narrativa. Coloca en la coctelera partes iguales de televisión, periodismo de denuncia, cine y novela clásica. El resultado es un brebaje totalmente distinto de lo conocido y un éxito tremendo gracias a la "pantalla gigante" que impone hoy Netflix. Muchos en esa industria ya deben estar preguntándose cómo hacer muchos más Making a Murderer, aunque el artefacto no parece sencillo de construir.

Steven dice a cámara que no sabe dónde pueda estar Teresa Halbach. Es que la joven fotógrafa de un catálogo de autos desapareció hace dos semanas y el último lugar que tenía agendado para visitar era el depósito de los Avery. Steven ya hace dos años que salió de prisión y entabló una demanda de 36 millones de dólares contra Manitowoc y sus funcionarios por haberlo mandado injustamente a prisión durante 18 años. Incluso el gobernador de Wisconsin y asociaciones civiles apoyan su causa. La estantería institucional corre riesgos de venirse abajo y, según deja entrever el documental dirigido por Laura Ricciardi y Moira Demos, los responsables policiales y judiciales del pueblo no están nada contentos con el repentino fulgor social de Steven. Y ahí está el hombre: responde a una cámara que no sabe nada de Teresa, aunque uno ya ve venir lo peor, la lección, el escarmiento. Y sucede: después de una investigación muy controvertida la policia logra...

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