Las exportaciones hacen agua

La política comercial del país sigue haciendo agua, sin que se corrijan las razones que le dieron origen. Sólo se han suprimido algunos malos modos y las agresiones que caracterizaron la nefasta gestión de Guillermo Moreno, pero persisten las medidas administrativas de cuño siempre intervencionista y nocivas para la actividad privada.

Las retenciones a las exportaciones de cereales y oleaginosas, del orden del 10 al 35 por ciento de su valor, están demostrando su prosperidad sólo en un escenario de altos precios internacionales. Cuando éstos bajan, como ocurre ahora, reaparecen campos sin alquilar y cultivos sin los aportes de fertilizantes y agroquímicos en las dosis necesarias para lograr altos rendimientos. Parecidas reflexiones vienen al caso en relación con la ganadería vacuna, a la cual le cuesta iniciar una etapa de crecimiento cíclico, luego de perder 20 millones de cabezas por desatinos intervencionistas.

La Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) está mostrando los vicios del sistema en un contexto que cubre, entre otros, la producción de manzanas y peras, una de las grandes producciones regionales. Es útil recordar que nuestro país ha llegado a ser primer exportador mundial de peras y que, buceando en nuestra historia, se encontrará una simbiosis del nacimiento y el desarrollo del ferrocarril y la producción de éstas y otras frutas.

Manzanas y peras, dos producciones patagónicas, han demostrado desde tiempo atrás su capacidad para proveer un alimento de alta calidad para los argentinos, y no menos beneficios por el ingreso de divisas. Su situación, al igual que la de la gran mayoría de las producciones regionales, es hoy francamente crítica.

Para estimular la exportación de peras y manzanas, el...