Expoagro, la otra cara del país

Expoagro 2012, que acaba de finalizar en Junín, fue, en más de un sentido, reflejo de las condiciones en que se debate el campo argentino y del interés extraordinario que suscitan la pujanza y creatividad de sus productores, científicos e industrias mancomunadas con su evolución.Treinta delegaciones extranjeras y más de cien mil personas se hicieron presentes en la muestra para tomar nota de los últimos avances en semillas, fertilizantes, plaguicidas, maquinaria agrícola y de cuantos aspectos comerciales y financieros se vinculan para explicar los índices de productividad y sustentabilidad de una actividad en la que el Estado medra con tasas confiscatorias.No llamó la atención la ausencia de funcionarios públicos. Estuvo en línea con el desencuentro en todos los órdenes que el Gobierno mantiene con una sector de la producción nacional que lo único importante que le pide es que no trabe su desenvolvimiento. La rara avis estatal que es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) mantuvo, sin embargo, un stand abierto como símbolo de los servicios que en todo tiempo ha prestado a la evolución de mejores prácticas agrícolas y ganaderas.Se conocen de sobra los perjuicios producidos durante años contra las carnes bovinas y la leche y que ahora diezman el derecho a una retribución de precios justa para el maíz y para el trigo. En esa animadversión ha de anotarse la tribulación de corifeos gubernamentales por el éxito de la muestra, a la que contribuyeron los gobernadores de Buenos Aires y Santa Fe, el ex gobernador Hermes Binner y dirigentes y legisladores de muchos de los partidos de la oposición. A ellos se sumó una decena de intendentes comprometidos con el desarrollo de las actividades agropecuarias.Expoagro 2012 estuvo en el centro del fenómeno climático que caracterizó la campaña que ha de cerrarse en pocas semanas más. Habían llovido en Junín en diciembre menos de 2 milímetros, cuando la serie de los últimos diez años superaba para ese mes los 100 milímetros, y llovieron, en cambio, sólo en las últimas semanas cerca de 500 milímetros, o sea, la mitad del total de los registros anuales. Pero esa acumulación de agua terminó siendo una manifestación de que el campo tendría al final su fiesta. Y así fue.Esa...

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