Evora, el lugar donde viven las músicas

EVORA (Portugal).- En Rua da Moreda, una pequeña callejuela medieval de Evora, ciudad epicentro de la región del Alentejo en Portugal, funciona La Oficina. Es el único lugar que permanece abierto cuando la noche cae sobre esta ciudad amurallada, que guarda vestigios de la cultura romana, ubicada a una hora al sur de Lisboa.

Allí se encuentran todos: guatemaltecos, vascos, ecuatorianos, brasileños, portugueses, alejentanos, litoraleños, mexicanos, gallegos, coreanos, ingleses. Entonces una canción que suena con aires de rumba, se termina moldeando al aire de un cuatro venezolano tocado por un chaqueño, tarareado por un coreano y acompañado por la percusión de un grupo de vascos.

La Oficina es el lugar de recalada natural de artistas, productores, gestores y periodistas, después de un día ajetreado de conciertos, reuniones y actividades, que agitan el espíritu de fraternidad que envuelve al mercado de música Exib. Durante el día trabajan. De noche, todos cantan, incluso los que no saben. La música es el bien que más circula estos cuatro días que el Exib toma esta ciudad con un patrimonio y una herencia musical fuerte como el canto alentejano, que está asociado a la forma de vida agraria y fue declarado patrimonio inmaterial de la humanidad.

Exib no es simplemente un mercado de música, como muchos de los que han surgido en la última década en América latina y Europa, sino que se plantea como una suerte de comunidad musical, una plataforma de ida y vuelta para que la música de Iberoamérica y la de producción europea, tenga un espacio en el que se haga posible el intercambio y el encuentro.

Esta es la primera vez que artistas llegados de Quito (Mariela Condo), Santiago de Chile (Francesca Ancarola), Río de Janeiro (Flavia Dantas), Chaco (Nación Ekeko, proyecto de Diego Perez de Tonolec) o Santa Fe (Javier Colli) pisan Portugal. Para los portugueses es la primera vez que tendrán contacto directo con un artista de América latina o una música como el chamamé.

Evora funciona como la ciudad ideal para acompañar ese espíritu de intercambio y cruces de experiencias culturales. La mediana escala de este mercado, que en esta edición se extendió a pueblos cercanos como Arraiolos y Montemor o Novo, toma la plaza principal donde está montado el escenario y pasan seis artistas por día. La curaduría es un banquete. Cada región del Portugal está representada y abre un mundo sonoro novedoso, desde las apuestas supercontemporáneas como la de Omiri, un productor...