Etiquetado de alimentos: qué dice el proyecto de ley de octógonos

Con la votación en el Senado del proyecto de ley, la Argentina dio un paso en la regulación del etiquetado frontal de alimentos envasados. Es un tema que en los últimos años ganó protagonismo en la agenda global de las políticas públicas vinculadas a la salud, y que involucra a la industria alimenticia, un actor de peso en la actividad económica local, que rechaza la medida.El proyecto que avanzó en el Congreso, que condensó más de una decena de iniciativas de legisladores de diferentes espacios políticos, establece un esquema de sellos de advertencia frontales en los envases, que alertan al consumidor cuando el producto presenta exceso de cinco componentes, entre los cuales se incluyen el azúcar, el sodio, las grasas y el valor energético (calorías). Para ello, se busca establecer la obligatoriedad de incorporar un octógono negro, que le avise al consumidor que, respecto de esos contenidos, se superan determinados umbrales.El objetivo es modificar hábitos de consumo y hacer más sencillo el acceso a la información sobre la composición nutricional de los alimentos. Según la Encuesta de Factores de Riesgo del Indec, de 2018, el 61,6% de la población tiene exceso de peso (un 36,2% tiene sobrepeso y un 25,4%, obesidad). Pese a la resistencia de la industria y de las cámaras empresarias sectoriales, que critican la decisión y rechazan la "demonización" de los alimentos procesados, entidades como la Organización Panamericana de la Salud, FAO o Unicef, plantean que el modelo elegido es el más efectivo para impactar en los hábitos de consumo."La ley, como está planteada, cumple con los mejores estándares, y hay mucha evidencia de que la industria se adecua y va transformándose hacia productos más saludables que disminuyen las cantidades de nutrientes críticos en sus productos que pueden ser perjudiciales para los consumidores", enfatiza Fernando Zingman, médico y especialista en Salud de Unicef Argentina, quien destaca que el modelo de octógonos tiene como principal atributo la facilidad de comprensión. "Es el más claro y fácil de entender, incluso para los niños, que intervienen muchísimo en decisiones de compra", dice.La elección del modelo de sellos negros zanjó localmente un debate de años. Se propusieron alternativas como el modelo de semáforo, que usa colores (verde, amarillo y rojo) para medir el contenido alto o bajo de componentes (se aplicó en Ecuador), o el ?Nutriscore', que elabora un puntaje global de cada alimento, similar a la escala...

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