La esquiva meta del fifty fifty: mitos y verdades de la distribución del ingreso

Recuerdo que en una reunión, un petiso, que era [un empresario] industrial, dijo: «¡Pero es que los trabajadores quieren ganar cada día más!». Yo lo miré y le dije: «¿Y usted no?»." La anécdota, referida a sus encuentros en los años 50 con las entonces nacientes gremiales empresarias, fue relatada por Juan Domingo Perón: estaba por terminar 1973 y el presidente de la Nación daba un discurso por cadena nacional desde la sede de la CGT en la calle Azopardo. Los cientos de dirigentes sindicales que colmaban el salón auditorio saludaron con risas y aplausos ese relato que el líder político acompañó con fuerte expresividad en su rostro.El entusiasmo volvería minutos después para celebrar una frase. Fue cuando, como conclusión de sus reflexiones sobre la puja entre trabajadores y empresarios por el reparto de la riqueza, Perón instó a una distribución "con justicia entre todos los que la producen, sin ninguna ficción". Y allí habló de su ideal: "Que sea fifty fifty , como dicen, mitad y mitad".Casi cuatro décadas después, aquella expresión en inglés volvió a ganar lugar en el discurso político del gobierno de un partido enraizado en el peronismo. En marzo de 2009, cuando comenzaba a hablarse de lo que serían las negociaciones salariales de ese año, Cristina Kirchner aludió al fifty fifty como un objetivo deseable por tratarse -dijo- de una "articulación inteligente" entre los aportes del capital y el trabajo para la producción. Un par de años después, la mandataria unió su voz a la del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, por entonces aliado del kirchnerismo, para expresar que se estaba cerca de la meta. Finalmente, el encargado de agitar la bandera a cuadros fue el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien días atrás dijo, en una entrevista periodística, que el país logró el "famoso" objetivo de Perón.Pero esta última afirmación se integra al relato oficial sin datos que la sustenten. Más allá del cuestionamiento a las estadísticas oficiales que existe desde el momento en que fue intervenido el Indec, en este caso no hay, al menos hasta hoy, un informe que respalde lo dicho.Los últimos cálculos de la participación de la masa salarial en el producto bruto marcan una distancia, desfavorable para los trabajadores, de entre 7 y 12 puntos porcentuales -según la fuente- a la distribución en partes iguales de la renta. En las estimaciones del Indec, la tasa más reciente es de 43,6% y corresponde a 2008. Quienes estudian el mercado laboral...

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