El espíritu de Central fue demasiado para River

ROSARIO.- Entre las ansias de recuperación de River y la pujante actualidad de Rosario Central se armó un partidazo, con todos los condimentos y un final que tuvo en vilo a la multitud que colmó el Gigante de Arroyito. Porque Central parecía encaminarse a una derrota. A media hora del final perdía 3-1, con el factor desmoralizante de que Larrondo convirtió en contra el tercero de River. Justo el delantero cuya influencia creció a partir de que Ruben no viene teniendo muchos minutos.

Pero este Rosario Central es refractario al desaliento. Juega y tiene mucha fuerza interior. Larrondo tuvo su revancha, no se quedó en la pesadumbre del gol en contra. Suyos fueron los dos goles para alcanzar el 3-3 y demostrar que por algo hace 18 partidos que Rosario Central no pierde como local. A la vera del Paraná es poco menos que inexpugnable.

Fueron 20 minutos finales en los que nada parecía detener a Central. Ni el corte momentáneo de luz que siguió al descuento para el 2-3. Una pausa que le venía como anillo al dedo a un River que sentía el esfuerzo y desgaste que había hecho en el primer tiempo. Un equipo al que Gallardo intentó inyectarle energías con los ingresos de Mayada y Arzura para levantarle obstáculos a un rival que se le venía con todo, con las proyecciones de los laterales, con la inventiva del ingresado Cervi, con el aliento incesante de sus hinchas.

Empató Larrondo en el quinto de los nueve minutos adicionados debido a la interrupción por el inconveniente eléctrico. Y en los pies de Larrondo estuvo el 4-3 en el cierre, pero -ya agotado y sin la claridad mental para ver a un compañero mejor ubicado- le salió un remate defectuoso. Telón para un partido que reivindicó al fútbol como un espectáculo emotivo, impredecible, sujeto a los vaivenes de los aciertos y errores.

No dejó de ser un golpe para River, que no consiguió un triunfo necesario, imprescindible. Llegaba a Rosario entre la espada y la pared, con tres puntos de nueve posibles y la amenaza latente de quedar prematuramente relegado en un torneo que en su corto recorrido no ofrecerá muchas posibilidades de recuperación.

Tuvo una mejoría, pero se quedó sin aire ni piernas para sostenerla hasta el final. A veces la evolución no pasa por innovar, por otras búsquedas, sino por retomar el plan original. Fue lo que intentó River. Lo esperaba este Rosario Central con etiqueta de ser, para una buena parte de la cátedra, el mejor equipo del momento. Pero el conjunto del "Chacho" Coudet estuvo...

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