Los espías telefónicos: el edificio donde todos escuchan a todos

En la sala se oyen voces. Los que hablan son dos hombres que se pasan un número de teléfono. Por momentos lo hacen en una especie de código. La comunicación interceptada por un moderno equipo tecnológico parece no tener importancia porque los encargados de escuchar no pierden la tranquilidad. Esperan con paciencia. Ahora, no hay apuro. La víctima de un secuestro ya fue liberada. Sólo falta atrapar a los captores.

En otro piso del edificio varios empleados ponen en sobres CD donde se grabaron escuchas telefónicas ordenadas por jueces federales de distintos puntos del país en causas de narcotráfico, trata de personas, secuestros y otros delitos. Pocos metros más abajo, hay 27 locutorios, tipo call center, donde personal de fuerzas de seguridad, día y noche, escuchan conversaciones vinculadas con expedientes judiciales.

Por día, en el edificio de la tranquila y residencial zona de la avenida de los Incas 3834, se graban 3000 CD con escuchas telefónicas que después serán distribuidos por el Correo Argentino.

La intención de este organismo, dicen sus responsables, es articular los mecanismos legales para que en el próximo tiempo no sea necesario que las escuchas telefónicas sean remitidas a los juzgados por correo y se pueda establecer el envío certificado por correo electrónico o por otros dispositivos tecnológicos.

En el inmueble, de siete pisos, funciona el flamante Departamento de Interceptación y Captación de Comunicaciones (Dicom), a cargo de la fiscal Cristina Caamaño.

La Dicom, que forma parte de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (Dgiatip), reemplazó a la mítica y polémica Dirección de Observaciones Judiciales, más conocida como "Ojota", sospechada no sólo de hacer las escuchas ordenadas por la Justicia, sino también de intervenciones telefónicas ilegales.

La Dicom nació después de que el gobierno nacional descabezara la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE) y creara la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Entonces, el 7 de junio pasado las intervenciones telefónicas quedaron bajo la órbita de la Procuración General de la Nación.

La premisa que se propuso Caamaño fue dejar atrás el oscurantismo que rodeaba el trabajo de la vieja "Ojota". Pero la nueva gestión ya fue denunciada por supuestas escuchas ilegales. Así lo sostuvo el legislador porteño por Bien Común y referente de La Alameda, Gustavo Vera.

Según la denuncia que hizo Vera en la justicia federal, Caamaño y la Procuradora...

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