Una especie de kermés caótica gobernada por leyes internas

Federico León es un artista de una particularidad extrema. Tomemos tres gestos artísticos de los últimos años. El primero: Las ideas, esa potente reflexión sobre la ficción que anduvo por diversos festivales internacionales que no paraba de abrir capas y capas alrededor de una mesa de ping pong. El segundo: en la reciente edición del FIBA presentó un nuevo capítulo de La última película, esa propuesta que (¿simplemente?) consiste en proyectar en un viejo cine devenido en estacionamiento de autos la última película que se proyectó allí antes del cambio de rumbo. Tercer gesto: el haber convertido a su casa (o, en verdad, a su antigua casa) en Zelaya, una mágica sala con jardín dedicada a la experimentación artística.Como parte de un inquietante camino creativo hoy estrena en el Teatro Nacional Cervantes Yo escribo, vos dibujás. A priori, muchas de sus búsquedas seguramente se volverán a reactivar desde esta noche. Empezaron a ensayar el año pasado. Son 26 actores en escena. Cada uno tiene una habilidad en especial: hay un skater, un saxofonista, un ajedrecista, un acróbata así las cosas. La experiencia, de algún modo hay que llamarla, sucederá en el escenario principal de la sala a telón cerrado. De la platea y las distintas bandejas de público no tendrá acceso visual.El espectador recorre libremente el espacio "como si fuera una kermés o una especie de feria de atracciones", cuenta el director de teatro, dramaturgo, actor y cineasta. Habrá unas 10 a 12 situaciones que funcionarán en simultáneo. En cada una, cada actor desplegará sus habilidades en un recorrido azaroso, personal, sin orden establecido previamente. "La idea es entrar a un gran espacio dominado por el caos. Algunas habilidades son fácilmente reconocibles; pero también hay prácticas inventadas en medio de juegos de puntería...