Especial para River, para Boca y para el resto

Por distintas razones, los moviliza la necesidad de ganar. Del superclásico nunca se sale de la misma manera que de la que se entró. Una victoria de River, el sólido puntero del campeonato, tendrá gusto a despedida para los xeneizes en la carrera hacia el título; un éxito de Boca realimentará las esperanzas propias y animará a quienes vienen persiguiendo sin suerte a los millonarios que, además, sufrirían el primer tropiezo, tras ¡21 encuentros! El Monumental, escenario del partido que genera expectativas más allá de los límites del país, se llenará, únicamente, con 60.000 riverplatenses, quienes empujarán cuando el árbitro Mauro Vigliano, debutante en esta clase de encuentros, señale el comienzo, a las 17.15.El superclásico es un torneo dentro del mismo calendario, por eso el favoritismo no se encierra en lo que refleja la tabla de posiciones, el presente de cada equipo, ni lo que pudieron ser las experiencias anteriores de los protagonistas. Será el bautismo para siete de los 22 futbolistas. También para los técnicos Gallardo y Arruabarrena, exponentes del recambio generacional; antiguos rivales en la cancha, quienes compartieron aventuras en la selección y aula en el curso de técnicos se medirán como estrategos.River se recuesta en los números, porque además de puntero es el equipo con más goles y al que menos le convirtieron, pero el argumento más consistente es el funcionamiento del conjunto. Gallardo, con una propuesta de juego que entremezcla la presión asfixiante con fluidez en la elaboración, recuperó el ADN histórico del club. El campeón no se adormeció, el cambio de entrenador resultó una motivación. Y las individualidades brillan, a partir del proyecto colectivo. Los goles de...

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