Espada de Damocles: Revitalización de la circulación monetaria.

AutorElena Polo Maceira
CargoProfesora Auxiliar.
Introducción

La circulación monetaria fue sin dudas uno de los aportes más relevantes que nos legó el mundo antiguo en materia de desarrollo comercial; al lograr promover una mercancía en el mercado, que a partir de ese momento significó una unidad recurrente para medir los parámetros del precio en las relaciones de oferta y demanda; y que desterró de la escena comercial al trueque como vía por excelencia de desarrollar las practicas comerciales.

Y con el desarrollo de las sociedades toma auge el comercio, por lo que para el trabajador pudiera sostenerse debía tener condiciones materiales que le proporcionaran estos insumos básicos para vivir, por tanto la idea del pago de sal evoluciona hasta llegar hasta al pago en las monedas de plata u oro y las personas comienzan preocuparse por recibir por su trabajo una cantidad de monedas que representara el verdadero valor de su trabajo y que correspondiera con la satisfacción de sus necesidades básicas; entonces al calor de la evolución de las practicas comerciales no solo entre particulares sin entre estados, nacen los billetes de banco y los billetes de estado, signos monetarios que han marcado la consistencia de la circulación financiera.

A partir de este momento y con el ulterior desarrollo de los distintos regimenes que ha conocido la humanidad, los signos monetarios han experimentado un franco ascenso, siendo un catalizador para medir la riqueza de unos y la pobreza de otros, el desarrollo económico de unos y el atraso o subdesarrollo de otros. En la actualidad el mundo se debate entre las dificultades que ha originado esta circulación monetaria como consecuencia de la propia actividad económica y mercantil, fenómenos como la inflación, las crisis financieras y la globalización de determinados signos monetarios marcan hoy la geografía de la economía a nivel mundial.

Precisamente esa sal de la antigüedad, esa época grandiosa de la historia universal fue la creo el precedente para que posteriormente apareciera el salario, asociado con la práctica de pagar con sal, ya que en estos tiempos antiguos la sal era un producto de suma importancia. Fue esta el motivo de construcción de un camino desde las salitreras de Ostia hasta la ciudad de Roma, unos quinientos años antes de Cristo. Este camino fue llamado "Vía Salaria". Los soldados romanos que cuidaban esta ruta recibían parte de su pago en sal. Esta parte era llamada "salarium argentum" (agregado de sal). De allí viene la palabra "salario". Anterior a esto en Grecia, el intercambio de sal por esclavos, dio origen a la expresión "no vale su sal".

Ha sido el salario una de las aspiraciones que ha conducido muchas de las luchas por las reivindicaciones de los movimientos y las revoluciones sociales, por mejoras salariales en la igualdad entre el hombre, entre razas y edad. La aspiración de la llamada idea del salario mínimo, que le alcance al trabajador para poder satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, casa, ropa, superación cultural (…) sigue siendo el salario un indicador que se mantiene constante en las luchas de los sindicatos y movimientos sociales en busca de mejoras para los trabajadores.

En la actualidad muchos países, sobre todo de la región latinoamericana laboran por impulsar políticas que estimulen el crecimiento del salario, como traducción de los programas que consecuentemente se implementan para lograr el desarrollo endógeno de los países; pero esta política financiera tiene su respaldo en la fortaleza y auge de la propia actividad financiera que se intenta lograr en la región. Y es que el salario de los trabajadores constituye una de las principales cifras monetarias que transitan dentro del ciclo de la actividad financiera y económica de cada país. Es la fuente más generalizada de ingresos personales y la que más converge directa e inmediatamente al consumo y en menor medida al ahorro por concepto de cuenta bancaria, recursos monetarios temporalmente libres que pasan también a la circulación monetaria. Por otra parte para las empresas empleadoras el salario significa un egreso y en contrapartida reciben ingreso de los servicios y productos destinados al consumo. Estos hechos donde se manifiesta capacidad económica (patrimonio, renta, consumo) son gravados por lo que constituyen ingresos públicos destinado a gastos públicos como otra manifestación de la circulación monetaria. Es apreciable entonces en este ciclo de la circulación monetaria el protagonismo del salario.

En Cuba esta circulación monetaria, tiene mayor apoyo en el salario, pues, es un estado de trabajadores, por tanto este ciclo está mayormente asociado a la circulación de estos fondos que llegan al trabajador en concepto de salario y luego vuelven al estado como consecuencia de la satisfacción de las necesidades básicas de los individuos en la sociedad, por tanto las empresas se convierten en el medio por excelencia para erogar y al mismo tiempo obtener ingresos. En el contexto actual, hegemónico de mercado, constituye una difícil responsabilidad para el Estado Socialista crear una infraestructura para el desarrollo económico aparejado a la satisfacción de las necesidades individuales, grupales y macrosociales de al población.

En correspondencia con lo anteriormente expuesto en esta monografía evaluaremos de forma crítica el impacto que ha tenido las transformaciones de circulación monetaria en Cuba durante los últimos años en el salario real de los trabajadores.

De lo disímil a lo confluyente entre Circulación monetaria y salario

La circulación monetaria en el orden teórico trasciende como el conjunto de las relaciones, mecanismos e instituciones en las cuales, en una forma u otra, se realiza la transferencia de recursos; y esta dividida en dos grandes grupos.

El primer grupo perteneciente a las circulaciones, en las cuales participan empresas y organismos (no efectiva), donde forman parte los cobros y pagos que se realizan entre las empresas (ajustes mutuos) y del sistema crediticio-financiero, los cuales se hacen preferentemente sin efectivo y representan una buena parte de la circulación monetaria del país.

El segundo grupo correspondiente a las circulaciones en las cuales participa la población (efectiva), pues comprende los cobros y pagos en los cuales interviene la población, que reflejan el movimiento de sus ingresos y sus gastos monetarios. Los mismos se realizan mediante la circulación de dinero en efectivo y representan una menor parte. Existe entre ambos grupos una dialéctica funcional, porque los recursos de las empresas y organizaciones económicas, obtenidos mediante la transferencia de una cuenta a otra del dinero abonado por la venta de su producción, están destinados también al pago a los trabajadores y empleados en forma de salario, o sea, en dinero (efectivo). A su vez las organizaciones económicas comerciales venden a la población artículos al contado y depositan sistemáticamente efectivo en el Banco donde tienen abiertas las cuentas para sus cobros y pagos, en la esfera del no efectivo principalmente. La unidad de la circulación monetaria radica en la transformación de una de las formas de recursos monetarios en otra (del no efectivo al efectivo y viceversa.

En el sistema socialista clásico esta actividad tiene un alto grado de planificación. La cantidad de dinero que se encuentra en circulación está regulada económicamente por la Ley de la Circulación Monetaria descubierta por Marx1. Por esta ley la cantidad de dinero necesaria para la circulación requiere el establecimiento de una determinada correspondencia entre la cantidad de dinero o masa monetaria y la masa de mercancías destinadas para la venta. El no cumplimiento de esta ley tiene consecuencias negativas para el socialismo pues se presta a la aparición de la especulación o a la formación de excedentes de bienes materiales que no se vendan por insuficiencia de dinero en circulación.

Al hablar de la moneda como signo monetario resalta el valor como uno se sus signos distintivos y trascendentales dentro de la circulación monetaria. Los signos monetarios tienen por naturaleza y amparados en quien los emite el valor intrínseco, que es valor originariamente atribuido al dinero. El dinero vale lo que vale la moneda que lo representa. Es decir, la moneda es una moneda-mercancía, que se usa en los cambios por su valor intrínseco. Es el concepto del dinero en la concepción llamada metalista, que se concreta, a efectos prácticos, en la regla «debítor debet solvere in moneta praecisa in quae est obligatus».

Este valor va a tener contemplado en si al valor nominal, que es el que le asigna el Estado y se expresa de una manera numérica. Es la tesis regalista de los glosadores, que recibe el apoyo de los príncipes, que triunfa en Francia, y luego se extiende a toda Europa, a partir del Edicto de 1602. La expresión valor nominal, se ha dicho con agudeza en la doctrina, es probablemente inexacta, en cuanto que lo que está en las monedas no es un valor, siníjrun nomen; es inexacto, por tanto, hablar de extinción de la deuda por su valor nominal. De ahí que frente al metabolismo se hable de principio nominalista, que, aplicado a las deudas de dinero, quiere decir que el que recibe una cantidad y se constituye en deudor de la misma está exento de tener que comprobar las cualidades materiales de la cosa utilizada como dinero, porque le basta atender al número.

Y en el anverso del fenómeno valuativo está el valor en curso, que es ante todo, el que expresa el poder adquisitivo o de compra que atribuye. Los bienes, servicios y utilidades que se obtienen a cambio del dinero determinan cuál es el valor de éste. Es decir, cuanto menor sea la cantidad de dinero a pagar en la...

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