Sin espacio para el error ni para la improvisación

Aunque el foco actual de atención en materia económica es la supervivencia se debe pensar en el día después y trabajar desde ahora en alternativas para que un fuerte ingreso de divisas permita estabilizar la economía, reactivar el empleo y frenar la inflación.Es un planteo prioritario y estructural. Ya no se refiere a urgencias asistenciales, a personas y empresas, sino al diseño de la política macro que configurará la capacidad de reacción de la Argentina a partir del segundo semestre y por varios años luego. Es tarea de estadistas y no de cortoplacistas. Para echar luz en un horizonte incierto se requieren las mejores capacidades de la Argentina, como se ha hecho en materia sanitaria. No es posible improvisar, no hay espacio para el error.Muchos políticos ven las economías de guerra como manuales para administrar esta crisis. Pero la recuperación, luego de la paz, es otra cosa: las fábricas deben abrir; los servicios, recuperar clientes; los comercios, reponer existencias, y los cuentapropistas, integrarse a una nación en funcionamiento.Los mejores ejemplos han sido Alemania, Italia y Japón, después de la Segunda Guerra. Los "milagros" alemán e italiano se lograron gracias al aporte intelectual y la gestión eficaz de Ludwig Erhard, en Alemania, y de Luigi Einaudi, en Italia, además del Plan Marshall. La clave fue abandonar el modelo autárquico y anquilosado de ambos países, impulsando una economía abierta y competitiva. En Japón, ocupado hasta 1952, también hubo una fuerte intervención estatal para reconstruir industrias, priorizando la competitividad para insertarse en el mundo y, en particular, en el mercado estadounidense. La disolución de los "zaibatsus" ("camarillas" oligopólicas) implicó una reforma estructural que no hubiera podido ocurrir sin la derrota.Cuando la crisis actual amaine, nos encontraremos con empresas y comercios que habrán perdido su capital de trabajo por mantener gastos fijos sin ingresos, además de deudas comerciales, financieras y fiscales vencidas.En ese momento, no habrá créditos accesibles, porque el sistema financiero no tendrá fondeo suficiente y el Estado carecerá de herramientas para impulsarlos, en un contexto inflacionario. Tampoco habrá -ni hay hoy- mercado de capitales interno ni acceso a créditos externos si se confirma el default. La demanda de ayuda internacional, en un entorno de déficits generalizados, superará con creces la capacidad de satisfacerlos. ¿Y qué méritos tiene nuestro país para ser...

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