Escuela pulpo: la crisis social pisa fuerte en las aulas

Ocuparse de que la alumna que llegó sin desayunar se lleve una vianda para su casa, ir a comprarles zapatillas y medias a los que llegan descalzos o con calzado deficiente, cargarles la SUBE para que puedan llegar al colegio, cuidar a sus hijos mientras están en clase y hasta ir a las defensorías a hacer denuncias de abusos y violencia familiar. De todo esto se encargan las escuelas que reciben a alumnos de contextos vulnerables, que convertidas en pulpos no consiguen paliar sus problemáticas cotidianas. ¿Cómo se puede enseñar con tantos problemas urgentes?

Las escuelas que atienden a chicos que viven en situación de pobreza son las que están más acostumbradas a atender estas realidades, mientras intentan no perder su misión pedagógica. Pero los chicos llegan con hambre, o no llegan porque tienen que salir a trabajar.

"El otro día una directora nos contó que un chiquito en invierno llegaba con los pies envueltos con bolsas de supermercado. Ellas fueron y le compraron con su propia plata zapatillas y medias. Y esto no es una acción aislada, pasa todo el tiempo. Les dan comida, hacen una colecta y les compran ropa abrigada. En otra escuela, una directora le prestó su tarjeta SUBE a la mamá de un alumno que tenía que ir al hospital", cuenta Silvina Gvirtz, secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas en el municipio de La Matanza.

La escuela siempre funcionó como termómetro de las problemáticas sociales: asiste cuando hace falta, detecta problemáticas intrafamiliares y brinda, en algunos casos, la única comida del día. Los especialistas consultados sostienen que en lo que va de 2016 la situación socioeconómica de sus alumnos empeoró y eso hizo crecer las demandas sociales..

Max Gulmanelli, secretario de Gestión Educativa del Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, reconoce que el desafío educativo es muy grande y que todavía hay mucho por hacer. "La escuela viene desde hace muchísimos años cubriendo otros roles que no le son propios, pero que hoy le son irrenunciables. Tenemos problemas de desnutrición en la escuela y es un desafío que hay que afrontar. El plan de Primera Infancia busca asistir a esta población con un fuerte acompañamiento del Estado", dice Gulmanelli.

En relación con las escuelas pulpo, el funcionario agrega que en general suelen tener muchos alumnos y es muy difícil poder mirar a cada chico a los ojos y conocer sus necesidades. "Intento viajar a dos provincias por semana y veo que la escuela viene...

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