El escritor del subte: una noche en vela con Kike Ferrari en la línea B

El 18 de junio de 2013, Ricardo Piglia pensó que el cuento "Blanco artificial" era muy bueno. Y lo escribió: "Las alusiones son elípticas y divertidas. Manteneme al tanto sobre el libro que está por salir. Un abrazo, R". El mail iba dirigido a Enrique Ferrari, el hombre que cada madrugada baldea la estación Pasteur-AMIA de la línea B. Un trabajador del subte que limpia la basura que los pasajeros tiran durante el día; un escritor de novelas y cuentos del género negro premiado en España, Francia y Cuba, y traducido al francés y al italiano.

"Deberíamos levantarnos cada día y agradecer que Piglia es nuestro contemporáneo", dice Kike en su cuarto de descanso, tres metros cuadrados con mucho olor a humedad. En una noche de tormenta, en la que la temperatura no baja de los 30 grados, Kike llega a su trabajo y va a ponerse las botas negras con punta de acero. Viste un mameluco azul con dos líneas en los hombros que hacen de reflectores. Sonríe con sus dientes desordenados, y una argolla se mueve apenas en el lóbulo de su oreja izquierda.

Cambia las bolsas de los tachos. Pone verdes donde va lo reciclable, negras donde no. Barre colillas de cigarrillos, papeles de chocolate, paquetes de galletitas abollados. Esta noche está solo: sus dos compañeros no vinieron. "El Enano", que vive en Florencio Varela, está de vacaciones. El otro, Alexis, se fue a probar suerte como tatuador en Nueva Zelanda -antes, le hizo un dibujo en el brazo izquierdo a Kike, la cara de Karl Marx-. Después de barrer, se pone las botas de lluvia altas y negras y baldea. Tira un poco de agua a las vías, otro poco al desagüe. Afuera hace calor. Adentro, la ropa se pega al cuerpo como una segunda piel.

Los otros dicen

"Yo, que soy un ateo absoluto, creo sin embargo en dos cosas: en el diablo, que vive en el despacho de la república mexicana, y en el alma. Kike Ferrari tiene alma. Y el alma, como todo el mundo sabe, es un almacén donde se guardan rabias, instintos sociales, ganas de contar historias", dice Paco Taibo II, periodista y escritor mexicano, creador de la reconocida Semana Negra de Gijón y referente del género en América latina.

Fue en los años 90, cuando vivía como inmigrante ilegal en Estados Unidos, en medio de una discusión con un ecuatoriano, cuando Kike escuchó hablar por primera vez de Paco Taibo II. "Yo te voy a prestar un libro que tengo abajo, la mejor biografía del Che que se escribió", le dijo el hombre. Era Ernesto Guevara, también conocido como el Che. En...

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