Escenario incómodo para el Gobierno

El nuevo escenario seguramente no le arrancará sonrisas al Gobierno. Su máximo operador en la AFA, el presidente de Boca Daniel Angelici, quedó al margen de la negociación después de lo que se juzgó como un exabrupto suyo en la noche del martes ("no creo en el consenso"), y los dos personajes que se encaraman a los tronos del nuevo poder no le resultan precisamente simpáticos para la administración de Mauricio Macri.

Este escenario tampoco es inesperado: de hecho, si se concreta, confirma el grado de debilidad del bando que agrupaba a los clubes grandes, en el que revista Angelici. Hace tiempo ya que Hugo Moyano hizo conocidas sus pretensiones de conducir la Asociación, reduciendo su papel en el panorama gremial y en una hipotética unidad del movimiento sindical, para apuntar sus cañones a repetir un suceso que el fútbol argentino vivió hace casi 40 años: el presidente de Independiente a cargo de la AFA, como sucedió con Julio Grondona en 1979. Moyano nunca ocultó sus preferencias por Macri en las elecciones, pero se distanció luego del ahora presidente.

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