Un escenario cada vez más desolador

Es difícil encontrar mensajes esperanzadores entre los analistas económicos en el medio de la preocupación que exhiben los empresarios y de la negativa reacción del mercado bursátil tras la profundización del Vale como anécdota la respuesta que el economista Luis Palma Cané le dio a una periodista que le preguntó qué poner en la mochila si no conocemos el rumbo: "Si es creyente, ponga un rosario, porque solo queda rezar".No pocos hombres de negocios y economistas, desconcertados, se preguntan por qué no se liberó directamente el mercado cambiario, si la intranquilidad del Gobierno pasaba por la constante sangría de reservas del ante la presión compradora de dólares al tipo de cambio oficial. De ese modo, según explican, se habría producido un precio de equilibrio entre los actores del mercado y, con un sistema que dejase flotar el dólar, hubiera quedado atrás la agonía de la entidad monetaria.Hasta economistas liberales como José Luis Espert, a pesar de sus críticas al macrismo, reconocen que la solución que le dio el gobierno de Mauricio Macri al cepo cambiario en diciembre de 2015, consistente en liberar y dejar que el valor del dólar oficial pasara de 10 a 15 pesos -un precio al que ya se cotizaba en el mercado paralelo o "blue"-, fue mejor que la ideada en los últimos días por el titular del BCRA, Miguel Angel Pesce.En sectores empresariales cunde el desasosiego. Va incluso más allá de la preocupación de los productores rurales, que reciben por la soja que se exporta un valor de $52 por dólar, que ni siquiera llega al 40% del precio al que cotiza el dólar en las operaciones conocidas como Contado con Liquidación en la Bolsa de Comercio ($132). También se extiende por encima de la inquietud que viven hoy empresas con deudas en el exterior, a las que la flamante normativa solo les concederá dólares al cambio oficial por el 40% de sus saldos a pagar fuera del país.El principal factor de desaliento es que las medidas de intervencionismo cambiario conocidas suponen un retroceso que ya está llevando a la Argentina a sufrir algunas de las mismas consecuencias que se hubieran producido si se confirmaba un default como el que se evitó hace pocos días con la renegociación de la deuda pública. En efecto, peligra el crédito internacional para las empresas privadas y el crédito local para prefinanciar exportaciones, las tarjetas de crédito argentinas pueden volverse inservibles en el extranjero y cada vez más compañías internacionales proyectan...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR