La escasez de confianza acorrala, una vez más, al kirchnerismo

La palabra crédito proviene del latín credere. Creer. Su carga semántica remite a "confiar". El crédito es un problema crucial en el país. Hay una evidencia inmediata. Martín Guzmán está a punto de formular otra oferta para el canje de bonos emitidos en dólares bajo jurisdicción extranjera. Será la última. Pero nadie sabe, él tampoco, si logrará sacar al país del default en el que cayó el 22 de mayo. No es el único problema cuya salida depende de la confianza. El presidente de la UCR, el exgobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, Es posible que haya sido un arrebato. Pero planteó un problema que será cada día más conflictivo: los recursos federales se reparten con criterios electorales. No se respeta una regla objetiva. De nuevo, desconfianza.Por esta senda oscura se termina en el drama más complejo. La fundada sospecha de que la Justicia Federal es un arma que el poderoso arroja contra sus opositores. Esta deformación tiene su raíz en el oportunismo de los jueces. Ellos se ponen al margen de cualquier polarización. El kirchnerismo pasó cuatro años denunciando la persecución del macrismo. El macrismo denuncia ahora la persecución del kirchnerismo. Más allá de que esos reproches guarden una discutible simetría, lo llamativo es que los jueces, o, si se prefiere, los verdugos, en ambos casos son los mismos. Nada que sorprenda en una comunidad organizada en torno a un apotegma: "A los amigos, todo. Al enemigo, ni Justicia". La sociedad desciende hacia una recesión demoledora mientras su dirigencia política juega a la mancha venenosa con un Poder Judicial al que nadie toma en serio. Una convocatoria temeraria a otro "que se vayan todos".Uno de los mejores exponentes de esta dinámica es Rodolfo Canicoba Corral. Fue acusado en el Consejo de la Magistratura, entre otras irregularidades, por exhibir un nivel de vida imposible de justificar con sus ingresos. El consejero radical y vicerrector de la UBA Juan Pablo Más Vélez lo "investigó" con criterios mucho más misericordiosos que aquellos que sirvieron para destituir al camarista Eduardo Freiler. Más Vélez llegó al Consejo de la mano del binguero Daniel Angelici, uno de los intermediarios de Mauricio Macri con la Justicia Federal. Angelici era el contacto con Canicoba, quien después encontró otro padrino: Gustavo Arribas, sobreseído en tiempo récord de la acusación de estar involucrado en el Lava Jato brasileño.Cuando la absolución de Más Vélez estuvo a punto de ser votada, su propio autor pidió...

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