Escasez, colas y ataques de nervios: los griegos ya sienten el rigor del corralito

ATENAS.- Tres días después de instaurado, los efectos del corralito griego han comenzado a hacerse sentir con más rigor sobre la población: los hospitales advierten que podrían quedar desabastecidos de insumos esenciales, los supermercados y estaciones de servicio son invadidos por consumidores que tratan de hacer acopio y, en plena temporada estival, los hoteleros son acosados por miles de turistas que temen quedarse sin comer ni beber.

La única diferencia con la Argentina de 2001 es que, porque los siglos les enseñaron el fatalismo, los griegos aceptan su suerte con mucha más serenidad.

En fin, casi... Ayer, dos días después del cierre de los bancos, cerca de 1000 establecimientos abrieron excepcionalmente sus puertas para permitir a los jubilados sin tarjeta retirar 120 euros de sus pensiones.

Desde las cuatro de la mañana, se formaron interminables colas en numerosos puntos de Atenas. En una sociedad donde el desempleo explotó hasta alcanzar al 26% de la población activa y donde no existe el ingreso mínimo garantizado, las jubilaciones se han convertido en la red de seguridad de numerosas familias, donde la generosidad intergeneracional funciona a fondo.

Pero la edad avanzada, la espera y lo magro de los retiros autorizados terminaron con la paciencia de algunos. Hubo agolpamientos, algunos empujones y hasta enfrentamientos verbales, pero sin llegar al extremo de la violencia física. Todo se calmó a media mañana, cuando la gente comprendió que todos serían atendidos. "Confieso que estaba un poco angustiada después de los anuncios del gobierno. Ahora, todo va mucho mejor", suspiró Eleni, 75 años. "Todo fue muy rápido dentro del banco", confesó.

Los responsables hospitalarios, por el contrario, no tienen motivos para sonreír. Cada día que pasa con bancos cerrados y control de capitales, las reservas de medicamentos disminuyen, mientras las restricciones vigentes les impiden volver a importar. "El problema central lo tenemos con las compañías importadoras de fármacos, que se niegan a entregarlos a crédito, incluso a los principales hospitales", se lamentó el pediatra Andreas Spiros. ß

También las farmacias han comenzado a experimentar problemas de aprovisionamiento. La unión de propietarios afirma que el impacto recién comenzará a hacerse sentir dentro de diez días.

Quienes no se quejan son los supermercados, que registraron un incremento de...

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