'¿Cuál es la única carrera que jamás estudiarías?', un incidente cambió sus ideas, le trajo éxito y lo abrió al mundo

Fernando Martin, en tiempos más actuales.

"¿Cuál es la única carrera que jamás estudiarías?" Fernando Martin leyó la pregunta, sonrió para sus adentros y escribió "Medicina", sin dudarlo. En Córdoba Capital había cursado cinco años de primaria y ahora estaba en el primer día de su séptimo y último año de un bachillerato humanista estricto (Colegio Nacional de Monserrat), donde, a lo largo de su adolescencia, se había dedicado a absorber todo aquello que correspondía al universo de la historia, la filosofía, la sociología y las letras. Como casi todos sus compañeros, él creía que, finalmente, se transformaría en un flamante abogado.

Pero la historia comenzó a torcer su rumbo apenas unos días después, cuando un profesor de biología -materia que cursaban por primera vez- ingresó al aula y lo vio conversando a viva voz con un amigo, sin percatar su presencia. "Ustedes dos, adelante. Ya que están tan animados, cuenten de qué trata la lección de hoy". Ese día a su hogar llegaron con un cero: "Yo era buen estudiante y ese evento me impactó", revela Fernando, al recordar aquellos tiempos. "A partir de entonces me apliqué tanto en Biología, que me terminó gustando mucho".

De Córdoba al mundo.

Y así, el año transcurrió diferente para un alumno que creía tener su futuro claro. Cuando el día de la inscripción a la universidad arribó, el joven cordobés eligió la única carrera que había desestimado: Medicina. Sin saberlo, aquella elección inesperada le abriría las puertas al mundo.

Una crisis, una insistencia y un artículo de un hombre que lo cambiaría todo: "No me doy por vencido"

En el cuarto año de la carrera de Medicina, Fernando entró en crisis. ¿Realmente quería pasar su vida atendiendo pacientes? Fue entonces que su madre le mostró un anuncio en La Voz del Interior, donde solicitaban un médico, veterinario o biólogo para el área de investigación de una clínica. El joven llamó y la recepcionista lo cortó en seco: "Es solo para recibidos". Fernando, que creía que aquello era una posición injusta, insistió. "Es solo para gente con título", reiteró ella. Sin embargo, él le rogó que consultara por favor si podían considerarse estudiantes avanzados, y ella, consciente de que no desistiría, accedió a su pedido: "Le dijeron que sí. Tal vez en ello radica un poco el camino de mi vida", reflexiona Fernando. "No me doy por vencido".

En el marco de la entrevista, el joven tuvo que elegir una publicación científica de la biblioteca de la clínica para analizarla y hacer una presentación unos días más tarde. Fernando no podía salir de su asombro, jamás había estado en una situación interactiva dentro de la ciencia. Un tanto al azar y otro poco porque le llamó la atención, eligió un artículo escrito por John Burnett Jr. , un reconocido médico cardiólogo de la Mayo Clinic de Estados Unidos. Su presentación fue muy bien recibida y le anunciaron que había sido elegido, pero que no podrían pagarle.

Mayo Clinic, una institución reconocida que Fernando jamás imaginó que formaría parte de su futuro.

A pesar de tratarse de un trabajo no remunerado, Fernando aceptó. Frente a él se abría el camino hacia lo que buscaba...

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