'Es un caso de discriminación; no hubo ningún brasileño detenido'

Vio la foto y sintió que el Perito Moreno le explotaba en el pecho. Después de dos semanas de no dormir y de vivir pegado al teléfono esperando noticias de su hijo, llegó ese mensaje de WhatsApp que a Hugo Tapia Gómez le devolvió la esperanza. Una selfie de Matías, de 30 años, a bordo de un avión, que le decía: "Papá, mañana almorzamos juntos". Hugo sintió que la fortaleza que se había autoimpuesto todos estos días para seguir adelante se desmoronó en el mismo segundo en que vio la imagen de su hijo volviendo a casa. Cuando pudo dejar de llorar y de abrazarse con su familia, empezó a prepararse para ir a buscarlo a Ezeiza. Pero la alegría duró poco. Menos de una hora. Entonces, recibieron el mensaje del cónsul argentino que les comunicaba que Matías, al igual que los otros dos rugbiers argentinos que habían abordado ese avión, habían sido detenidos y encarcelados.

Unos minutos antes de que despegara el avión, y a pesar de haber pasado por todos los controles migratorios en Río de Janeiro y de presentar ante la policía aeroportuaria el hábeas corpus del juez que los había autorizado a salir del país por no estar imputados en la causa, la jueza Gisele Guida del 41° Tribunal Criminal consideró que se estaban fugando de la justicia brasileña.

Durante la entrevista con LA NACION, ayer por la mañana, Virginia, la mamá de Matías, baja emocionada a dar la noticia de la inminente liberación que, finalmente, ocurrió dos horas después. "Parece que salen", dice ilusionada. Pero la buena noticia tiene una contracara. Todavía Matías y sus compañeros no podrán regresar a casa.

Por la tarde, los familiares de los argentinos se juntaron en la esquina de Conde y Concepción Arenal, en Colegiales, con pancartas y carteles para reclamar que el gobierno argentino exija que los rugbiers puedan volver al país y seguir el proceso judicial desde acá. "Como padres, pedimos la pronta intervención de la cancillería argentina. Hay instancias judiciales, convenios de reciprocidad que les permiten a los chicos regresar al país con la prosecución de la causa y con la obligación de presentarse a la Justicia cuando la justicia brasileña lo requiera. Es el abecé del derecho internacional, estamos hablando de un delito excarcelable", dice Tapia Gómez, consternado. "Esto es un claro caso de discriminación. Siete argentinos fueron...

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