Epecuén: del esplendor turístico al destino posapocalíptico

"Yo vi nacer y vi morir a ", nos dice Pablo Novak, único habitante de las ruinas. Pasaron 29 años desde que el terraplén de la laguna cedió y en 16 días todo el pueblo quedó sumergido. Epecuén, un paraíso bonaerense al que llegaban unos 25.000 visitantes por temporada en busca de las propiedades medicinales de la laguna, desapareció.

Ubicada a 570 km de la ciudad de Buenos Aires, la laguna que dio nombre al pueblo es la más baja de los espejos de agua que componen las encadenadas del Oeste, cuenca endorreica que depende de la evaporación y filtración del suelo para disminuir su nivel. La salinidad del agua (tiene diez veces más sal que el océano) impulsó la . Al principio, los pioneros se dedicaron a la explotación minera (extracción de sal y sulfato), pero poco a poco terminó convirtiéndose en uno de los destinos turísticos favoritos para el cuidado de la salud. A partir de los años veinte se construyeron aproximadamente 250 hoteles que contaban con alrededor de 5000 camas. En Epecuén llegaron a vivir unas 1500 personas.

Luego de un largo período de sequía, y tras algunos pedidos de los hoteleros del lugar, se decidió construir en 1975 un canal denominado...

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