Enseñanzas de un Bielsa ganador

Marcelo Bielsa volvió a tener un final de ciclo abrupto. Así fue en Marsella, como en Atlhetic Bilbao, en las selecciones chilena y argentina. Eso no lo pone, necesariamente, en el lugar de equivocado. En realidad, quedar a contramano de un sistema autoritario, tramposo y corrupto lo enaltece, lo ubica en un lugar de privilegio por defender el camino que se transita independientemente de hasta dónde se llegue, porque primero están las formas y luego los resultados. "Las soluciones no son buenas o malas solo porque mejoran o no las situaciones que queremos resolver. Estamos acostumbrados a pensar con una lógica: todo camino que resuelva inmediatamente el problema es bueno, pero la verdad es que no todos los caminos son buenos, normalmente muchos son malos, por lo cual las soluciones tienen que ser perfectibles, pero tienen que ser coincidentes con lo que uno siente, con los valores que eligió para vivir", piensa Bielsa. Se pueden trazar diferencias con algunos puntos futbolísticos del Loco, incluso con su inflexibilidad para negociar, o volver a discutir detalles de un contrato trastocado. Porque hay actitudes que hasta lo terminan perjudicando a él en el desempeño de su profesión. Pero lo que no se puede negar es que, donde va, deja su huella.

El último título del Loco fue en 2004, en los Juegos Olímpicos de Atenas. No dio más vueltas olímpicas, pero siguió ganando. Gana respeto de sus dirigidos, los hace mejores desde lo individual primero pero –sobre todo– dentro de una estructura colectiva. Por eso en su ciclo en Marsella, el saldo entre compras y ventas quedó favorable al club por 20 millones de euros. No les da órdenes a sus jugadores, los convence: "Uno no puede pensar que los va a convencer a todos, pero sí necesita que todos actúen como si estuvieran convencidos. Yo puedo aceptar que no estés de acuerdo conmigo, lo que no puedo aceptar es que dejes de luchar o que te independices de la dirección que tomamos todos. No hay nada que una más a un entrenador con su futbolista que lo que él haga por su jugador", es otro de los razonamientos del DT, reflejados por Eduardo Rojas Rojas en el libro "Los 11 caminos al gol". Y ese reconocimiento...