Enorme, pareto entra en la historia con un oro que premia su espíritu guerrero

RÍO DE JANEIRO.- En ese salto sobre una de las tribunas para perderse en el abrazo interminable con familiares y amigos están representados más de 20 años de trabajo. En esas lágrimas cuando tartamudea el Himno Nacional y ve izar la bandera argentina, absolutamente conmovida, se exterioriza el sacrificio de aquellos interminables viajes entre zona norte y La Plata para estudiar, mostrando, como afirma orgullosa su entrenadora, Laura Martinel, que "es un roble". Emociona tanto Paula Pareto que hasta termina siendo aplaudida y de pie por los propios brasileños que la ven lagrimear. Es la culminación de un viejo sueño, de los muchos que ha ido consiguiendo. Bronce olímpico, médica, campeona mundial en Astana 2015 y ahora, doble medallista en los Juegos. ¡Campeona! ¡La primera mujer en conseguir el oro sagrado en la historia del deporte argentino! Con el judo como bandera.

Luego de 52 años sin conquistas entre Helsinki 1952 y Atenas 2004, la Argentina lleva cuatro Juegos consecutivos celebrando al menos un lugar de privilegio en el podio. Pero en ninguno de esos casos el oro llegó tan rápido. Era habitual que las competencias fueran desarrollándose, que la inevitable ansiedad creciera en forma progresiva, hasta que aparecía el impacto. Alguno imprevisto, como lo fue en Londres el de Sebastián Crismanich. No fue sorpresivo el de Pareto: ella es parte de la elite del judo desde hace tiempo y que quede fuera de los podios es una excepción. Por eso representaba una de las cartas fuertes del deporte argentino en Río. Presagiar medallas no es tarea fácil, aunque con Pareto es más tentador. Y mostró por qué.

Pequeña gigante que se bate como guerrera durante 4 minutos. Ocho años después de aquel tercer puesto en Pekín con el que mostró sus credenciales, y tras el impacto que significó quedar fuera del podio en Londres 2012, Pareto fue enorme en el Arena Carioca 2 de Barra de Tijuca. Ese 1,50m que se expande y muestra su verdadera grandeza después de ser campeona, ya con la medalla sobre el pecho, cuando se le pregunta qué le pasaba por la cabeza cuando escuchaba a los brasileños alentar a rusas, húngaras, japonesas y coreanas en su camino al título. "Me gustó que mi triunfo haya sido acá en Brasil, porque eso permitió que vinieran a verme más familiares y más amigos. Y también tengo muchos seguidores de este país que me hicieron sentir su afecto. Estoy muy agradecida". Sin chicanas, golpes bajos ni rencores. Campeona en serio, con estatura. Siempre...

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