Energías renovables: ¿Es posible el autoabastecimiento doméstico?

El calor, el frío, la actividad, el que -parafraseando a Julio De Vido- "bajó la palanca", los que climatizaron las piletas en los countries... El colapso energético tuvo en los últimos años múltiples explicaciones. E inspiró ideas, como el registro oficial de aires acondicionados, ideado por Guillermo Moreno en 2008. La creatividad, sin embargo, hizo un escaso aporte a la diversificación de la matriz energética, basada en subsidios y combustibles fósiles cuya importación es el principal crematorio de dólares en el país.

El congelamiento de las tarifas de luz y gas también distorsionó las cuentas relacionadas con las energías alternativas renovables. La amortización se alejó en el tiempo, y el objetivo de elevar la producción al 8% del total, fijado en el texto de la ley 26.190 hace casi una década, está lejos de cumplirse. Con el sinceramiento de precios, y una causa ambiental de reducción de gases de efecto invernadero, vale la pena renovar los cálculos.

¿Es viable el autoabastecimiento energético en los hogares? ¿Y si le pagaran por inyectarle energía a la red? Hacerlo realidad implica nada menos que un "cambio de paradigma", dicen los expertos: pasar de una generación centralizada, con un sistema de transporte y distribución, a la producción de energía en el mismo lugar de consumo.

En el caso de la energía solar, el cálculo varía según dónde se haga la inversión. Es simple: más o menos sol determina la eficiencia del sistema, que también varía en función de las estaciones climáticas.

En la ciudad de buenos Aires, por ejemplo, abastecer el consumo promedio diario de una persona (alrededor de 2600 vatios) con energía fotovoltaica requiere aproximadamente 4,5 horas de sol pleno en enero. Según el ingeniero y director de tecnología de la empresa SunGreen, Julián Tuccillo, las necesidades energéticas para un individuo en un ambiente equipado con comodidades básicas pueden cubrirse con una instalación de 2m2. Claro que eso ocurre en verano, cuando se alcanza la máxima radiación.

En cambio, en junio se necesita más sol. La misma persona, en iguales condiciones, deberá contar con que los rayos peguen unas 10,5 horas sobre los paneles, lo que demorará alrededor de cinco días. En este caso, entonces, sería conveniente contar con un panel del doble de extensión, 4m2, para asegurarse el suministro suficiente para un día.

La ecuación de un salteño resulta más favorable, ya que el noroeste argentino, dice Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara...

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