La encrucijada europea: ¿Cómo evitar que los atentados desemboquen en una guerra cultural?

PARÍS.- Con los ataques perpetrados por que acaban de sacudir a Francia, toda la mentalidad pacifista dominante en Europa desde hace 30 años podría haber volado en pedazos. Ese shock podría alimentar los crecientes movimientos antiinmigración e incluso exacerbar una "", que cada vez inquieta más a responsables políticos y religiosos.

En teoría, el siglo XXI podría haber sido el siglo de Occidente. Al haber civilización, comunidad de valores y fuerza geopolítica, el mundo desarrollado parecía capaz de proseguir su influencia planetaria conservando, al mismo tiempo, su atracción. Sus enemigos habían sido derrotados uno a uno: tanto sus propias pulsiones devastadoras -la ideología fascista- como su feroz adversario del siglo XX, el bloque comunista erigido por la Unión Soviética.

Hoy, es precisamente esa herencia que parece amenazada. Real o falsa, esa percepción no deja de ganar la opinión pública, modifica las líneas políticas tradicionales y anuncia una zona de graves turbulencias para las democracias.

La fe en la superioridad de los valores occidentales parece ser de escasa ayuda frente a un haz convergente de erupciones planetarias, entre ellas, el islamismo militante en el mundo musulmán.

Esta última causa de inquietud es la que genera las tensiones más profundas. Desde Estados Unidos hasta Hungría, ningún país escapa a la impresión, difusa pero tenaz, de que la identidad occidental se ve confrontada a un desafío gigante lanzado por el islam: no obstante una simple religión, como cualquier otra, cuya esencia carece de las características de una fuerza unida y de definición estratégica.

Esa funesta amalgama se hace, sin embargo, en detrimento de millones de musulmanes anónimos, sólo preocupados por integrarse, pero rehenes de grupúsculos que reivindican un islamismo vengativo y conquistador.

Con 4.700.000 musulmanes practicantes (el 7,5% de la población), Francia es el país que tiene la mayor comunidad en Europa. El país está sumido hace tiempo en un intenso debate sobre la identidad nacional y el papel que le corresponde al islam.

"Este ataque, seguramente, acentuará la creciente islamofobia en Francia", afirma Olivier Roy, politólogo y especialista en Oriente Medio en el Instituto Universitario Europeo en Florencia.

La controversia es tan profunda que los oportunistas aprovechan el filón por interés financiero. Ése es el caso del periodista de ultraderecha Eric Zemmour cuyo libro, Le suicide français (El suicidio francés), argumenta que...

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