Una empresa que redujo su rojo, pero que perderá $ 1500 millones

De 1000 inmuebles que figuran en el balance del Correo Argentino, sólo aparecieron los registros de tres; la inversión en tecnología había sido nula en una década y hasta la valiosísima colección de filatelia de la que se hizo gala en el entonces Palacio del Correo (hoy el Centro Cultural Kirchner) apareció -después de una búsqueda- tirada en depósitos del Mercado Central. Plagada de malos manejos, la situación del correo oficial no era muy distinta a la de otras empresas del Estado. Sin embargo, con una apuesta a desarrollar el negocio de logística, de paquetes y de servicios públicos, el Correo Argentino, que inicialmente tenía presupuestado perder $ 3800 millones, cerrará el año con un déficit de $ 1500 millones (un tercio del que tiene Aerolíneas Argentinas).

"El Correo estaba en muy mal estado. Hace 15 años que no se invertía. Una empresa de servicios logísticos no puede no invertir en tecnología; encontramos pérdidas muy grandes y poca preocupación por los resultados", se sinceró Jorge Irigoin, presidente de Correo Argentino. "Ahora estamos mejor que hace un año, pero todavía estamos perdiendo plata. El Estado nos debe $ 2000 millones por servicios prestados que no nos paga, lo que es lo mismo que , deuna facturación de poco más de $ 8000 millones, un 25% nos cuesta cobrar. Pero esperamos llegar al equilibrio el año que viene", anticipó el ejecutivo, que anunció ayer un acuerdo con Deutche Post DHL, la empresa de correo y logística líder en el mundo.

La estrategia de crecimiento del Correo Argentino se basa en dos ejes: por un lado, todo lo que es logística y paquetería relacionada con el negocio del comercio electrónico y, por el otro, la prestación de servicios públicos en las sucursales del Correo. "El tema de logística es más que entregar paquetes. Está el negocio de almacenar cosas, seleccionarlas...