Emprendedores: los argentinos que crearon una máquina para enfriar bebidas en segundos

Tantas personas lo desearon que la única explicación para que no existiera parecía ser que era imposible de hacer. Sin embargo, después de años de trabajo y desarrollo en el campo de la inteligencia artificial, un grupo de cinco jóvenes porteños encontró un "algoritmo mágico" y lo hizo realidad: el "microondas que enfría" ya está entre nosotros.El prototipo creado por la empresa Chill It es el resultado final de una idea que empezó en la academia. Marcos Condomí Alcorta, Nicolás Kölliker Frers y Santiago Schmidt estudiaban Administración de Empresas en la Universidad del CEMA cuando les asignaron la tarea de pensar un producto innovador y su correspondiente plan de negocios.Inspirados por las tantas veces en que, reunidos con amigos, tomaron bebidas más calientes de lo que les hubiera gustado o se resignaron a esperar largamente junto al freezer, presentaron el proyecto de una máquina que enfriara en el momento. Fue más que suficiente para aprobar la materia, pero ellos decidieron dar un paso más y fabricar un prototipo."La primera idea que tuvimos fue meter la bebida en nitrógeno líquido, pero eso era imposible de hacer, comercialmente porque tiene un costo altísimo, ya que el nitrógeno se va consumiendo", cuenta Schmidt desde Sudáfrica, donde está junto a otros dos miembros del equipo en tratativas para vender el producto final a uno de los gigantes mundiales de la industria cervecera. Él tiene 24 años y es el más joven de los cinco, que no exceden los 31.Los emprendedores siguieron pensando otras opciones y en un momento se dieron cuenta de que necesitaban expertos en tecnología. Schmidt conocía al ingeniero electrónico Luciano Cismondi de "la montaña": ambos son aficionados de la escalada y habían hecho expediciones juntos. "Lo llamé y le dije: 'Creo que encontramos la forma, pero te necesitamos'. Él trajo a Pablo Di Lorenzo, estudiante de ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional y nos pusimos a trabajar en el primer prototipo", relata."El trabajo comenzó con un modelo matemático", explica Cismondi quien, además de en Chill It, trabaja en una empresa de It. "Desarrollamos la física de cómo se va enfriando el líquido y llegamos a lo que podríamos llamar un algoritmo mágico. El gran salto fue cuando logramos abstraer ese modelo y llevarlo a una red neuronal que...

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