Empieza fácil, pero es el Mundial más difícil

L a historia reciente del seleccionado argentino en los mundiales, de Italia ’90 para acá, está marcada por favoritismos fundamentados a los que les sucedieron frustraciones explicadas. Nos convertimos en especialistas en explicar derrotas, tanto en los procesos más serios como en los procesos más caóticos.Así pasaron el Estados Unidos ‘94 del libertinaje, el Francia ’98 del rigor extremo, el Japón-Corea 2002 del exceso físico, el Alemania 2006 de la Cruz de Pekerman y el Sudáfrica 2010 del vértigo maradoniano.Así llegamos al Brasil 2014, un desafío más difícil que todos los anteriores, aún con el mejor del mundo del lado nuestro.¿Por qué el más difícil? Porque es en Brasil, lo suficientemente cerca como para sentirse visitantes en la casa vecina y lo suficientemente grande (el vecino) para hacer del triunfo su causa nacional. Ya tuvo su Maracanazo uruguayo, mucho menos aceptaría un Maracanazo argentino. Para seguir con el revisionismo comparativo, el brasileño será para los argentinos un Mundial más hostil que el italiano. Y ya lo dijo Pelé: "Ya vi llorar una vez a los brasileños; no quiero volver a hacerlo". No quiso tocar las bolas del sorteo para no darle mala suerte a su...

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