Para empezar a adaptarse: los Rojos, con esfuerzo y con lo justo

LA PLATA.- Aparecieron pequeños gestos en los que, acaso, empieza a notarse que Independiente toma conciencia de la situación. En el empeño de los jugadores, que, si bien por ahora no tienen la solvencia colectiva de los favoritos, luchan y se fatigan para llevarse algo, lo que sea, lo que les dejen: un punto, como ante Banfield, en desventaja numérica durante un rato largo, o tres, como anoche, ante el humilde Villa San Carlos. Todos toman nota de que, a veces, en la áspera B Nacional habrá que conformarse con lo justo. Desde el presidente Javier Cantero, con las manos en los bolsillos en una de las butacas del estadio del Bosque, hasta los hinchas que celebraron el 1-0 en una esquina de Avellaneda o, incluso, en las redes sociales. Los lujos aún no están preparados para los Rojos. Esto es lo que hay.De Felippe, con un plantel que en algunas zonas parece desbalanceado, trató de acomodarlo a su gusto: fiereza en la marca y toque corto y rápido en la ofensiva. A veces salió, sobre todo cuando aparecieron Pisano y Montenegro. A veces no y quedó descompensado.Tanto sufrió hasta ahora el equipo de Avellaneda que, cuando los malos recuerdos aparecen, se mueve en puntas de pie. No fue -ni será- la única muestra el partido contra Villa San Carlos, que, dentro de sus limitaciones, supo hacerle frente. De hecho, los platenses estuvieron dos veces cerca del gol, con Fernández Silva, antes de que Independiente se pusiera en ventaja. El grito, a la larga, el triunfo, le cambió el humor a Independiente. Porque se movió con más confianza. Y porque, si bien el desarrollo siguió abierto hasta el final, controló cualquier chispa de reacción.La apertura "valió doble" porque fue a puro toque. De Pisano para Vallés y del lateral derecho para Montenegro, que empujó la pelota a la red. "Valió doble" porque el N° 10, el referente del que todos esperaban la mejor versión, apareció otra vez, como contra Banfield -aunque el gol en el 1-1 fue de Cáceres-, en un momento decisivo.La serenidad le hizo bien, por más que nunca se sintió del todo cómodo por el despliegue de Villa San Carlos. Pero Independiente caminó con otra soltura y encendió los circuitos más luminosos. En pocos minutos quedó tres veces mano a mano: primero, Montenegro, frente al...

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