El empeño kirchnerista de convertir el pasado en presente

El Presidente llegó a Lago Puelo después del fuego, el humo y las cenizas. Y luego del choque de intereses económicos, las maniobras políticas y las furiosas pasiones que desataron en Chubut el debate de la habilitación de la minería a cielo abierto en una zona de la provincia.En Lago Puelo, cambió sobre la marcha su recorrido para desviarse a una reunión con intendentes en un centro cultural. Al salir, un pequeño grupo de manifestantes lo rodeó, lo insultó cara a cara y lo obligó a escapar. Con dificultad, el Presidente y su reducido grupo de acompañantes zafaron de la situación mientrasTodo ocurrió hace apenas tres semanas. Los hechos posteriores queEl experimento de Cristina Kirchner de inventar como candidato a Alberto Fernández y convertirlo en presidente ya quemó varias etapas, peroUn año atrás, en el comienzo de la crisis global del coronavirus, Fernández todavía disponía de lo que hoy ya carece:Cristina le hizo estallar la cordialidad y allá por mayo del año pasadoEs así como el país tiene, un año después de asumir, un presidente sin poder de origen y que nunca quiso edificarlo desde la Casa Rosada para no pelearse con la socia mayoritaria de la coalición. El albertismo es un sueño que otros soñaron sin autorización del propio interesado, a imagen y semejanza de la manera en la que instalaron sus hegemonías Carlos Menem y Néstor Kirchner.El grupo de amigos de Alberto se parece cada vez más a un conjunto de funcionarios bajo sospecha y en...

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