Una emboscada al campo en el medio del país de todos los cepos

Sergio Massa, y Miguel Pesce, junto al embajador Jorge Argüello, en Estados Unidos

El campo cayó en otra emboscada. Sigiloso, el Gobierno los llamó con palabras dulces, casi seductoras. Hizo gala de la frondosidad que siempre tiene la billetera ajena alimentada con emisión y los metió en un lujoso vestíbulo donde les dijo que por un mes les iban a pagar poco más de 35% más el producto estrella. Una vez adentro, les cambió las reglas. Casi como un Caballo de Troya al campo.

La decisión del Banco Central de impedir que todos los que vendieron soja en este mes accedan a los dólares que se compran en el mercado legal de bonos, como el CCL o MEP, nació con la desproporción de un Gobierno desarticulado.

Minutos después de que el BCRA envió la comunicación, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo escribió: "Quiero aclarar que la resolución del @BancoCentral_AR no incluye a los productores y las productoras que con tanto esfuerzo vienen acompañando el Programa de Incremento Exportador", dijo.

Quedó así consumada la emboscada que tejieron la autoridad monetaria y el ministro de Economía, Sergio Massa, con su secretario . En resumen, después de la rectificación que hizo Bahillo, se consagró un régimen original: si el que vendió es persona física, puede comprar dólares bolsa; si es una sociedad, pues a quedarse en pesos.

Semejante diferenciación es propia de un principiante que no conoce la actividad o de un malintencionado . Sucede que en pleno siglo XXI, la mayoría de las unidades de negocios agropecuarias a las que el secretario de Agricultura llama "productores y productoras" se ha organizado bajo diferentes tipos de sociedades. Si bien existen personas físicas, el campo se ha tecnificado y ha profesionalizado su estructura. Pero ahora, el solo hecho de haber constituido una sociedad determina el corte.

Seguramente el secretario, que es de una familia dueña de una cadena de heladerías que lleva su apellido, utiliza una sociedad para aquella estructura.

Quizá la confusión mayor de estos estadistas es confundir casi infantilmente empresa con sociedad. Que un "productor o productora", para citar a Bahillo, tenga una sociedad no lo convierte en un poderoso empresario que acopia granos, aguanta y espera el mejor momento de venta. Desconocer que miles de unidades productivas se han convertido en personas jurídicas para poder separar patrimonios, responsabilidades y régimen impositivo es casi una afrenta para el sector. Una...

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