Con elogios, Francisco pone la mira en China

ROMA.- En una velada confirmación de que tiene en la mira a China, con la que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas desde hace más de 60 años, pero con la que está sigilosamente en conversaciones para sellar un histórico acuerdo, el Papa llenó ayer de elogios a la potencia asiática ("un pueblo grande, con una gran historia de sabiduría, que tiene mucho que ofrecer al mundo") y envió un mensaje directo a su presidente, Xi Jinping.

"En la víspera del año nuevo, deseo transmitir mis mejores deseos y saludos al presidente Xi Jinping y a todo el pueblo chino. Y deseo expresar mi esperanza de que nunca pierdan la conciencia histórica de ser un pueblo grande, con una gran historia de sabiduría y que tiene mucho que ofrecer al mundo. El mundo mira a esta gran sabiduría vuestra. Que en este nuevo año, con esta conciencia, continúen adelante con el fin de ayudar y cooperar con todo el mundo en el cuidado de nuestra casa común y nuestros pueblos comunes", indicó Francisco en una entrevista publicada en el diario online Asia Times, realizada por el periodista italiano Francesco Sisci, investigador asociado de la Universidad Renmin China y experto en China.

En un diálogo de una hora en la residencia de Santa Marta, en el que se evitó tocar la situación política y religiosa de China -donde el 99% de la población no es católico-, sino que más bien se habló de cuestiones culturales y globales, según aclaró Sisci, el Papa también llamó al mundo a no temerle al rápido crecimiento del gigante comunista.

"El miedo no es buen consejero. El verdadero equilibrio de la paz se realiza a través del diálogo, y diálogo no significa que terminamos con un arreglo de media torta para ti y media torta para mí. Esto es lo que pasó en Yalta y vimos los resultados. No, el diálogo significa: «Mira, hemos llegado a este punto, podemos estar de acuerdo o no, pero vamos a caminar juntos»; esto es lo que significa construir. Y la torta se queda entera caminando juntos. La torta es de todos, es la humanidad, la cultura. Repartirse la torta, como en Yalta, significa dividir a la humanidad y la cultura en pequeños pedazos. Y la cultura y la humanidad no pueden cortarse en pequeños pedazos'', aseguró el jefe de la Iglesia Católica en referencia a la conferencia de la ciudad de la península de Crimea en la Segunda Guerra Mundial, donde los aliados configuraron la futura geopolítica mundial tras la derrota del Eje.

Fascinación

En la entrevista, Francisco explicó, además, el...

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