Entre elefantes y ratones, la edad de los primeros pasos

En la meca del fuera de pista, de los grandes desniveles, los cañones agresivos y las pendientes pronunciadas, hay un grupo de esquiadores que se desliza con un solo esquí, las manos en la rodilla y un globo en la cabeza.Bauti, Pipe, Azul, Clara, Antonia, Simón, Alejo y Morena tienen 4 años y conocen la nieve por primera vez. Mejor dicho se calzan los esquíes por primera vez, ya que ésta es la edad mínima para aprender el deporte de montaña. En la base del centro mendocino de Las Leñas, a 2240 metros sobre el nivel del mar, sale el sol y los chicos quieren jugar."Olas que vienen, olas que van, hola chicos, ¿cómo les va?", se presenta Nahir Ramos, la profesora del Jardín de Nieve y encargada de que en una semana, este contingente de mini riders baje haciendo slalom por las pistas de Venus, Eros, Vesta y Minerva, como si hubieran esquiado desde toda la vida.Así de rápido y así de fácil aprenden a esta edad. "Lo hacen jugando y divirtiéndose, ésa es la clave", comenta Nahir.Por eso, las explicaciones son de corte netamente infantil. Cuando aprenden cómo colocarse los esquíes, por ejemplo, la seño les dice que éstos tiene una naricita que va hacia adelante y una colita que va hacia atrás. Que la fijación es un ratoncito y que la lengua de la bota se mete dentro de la boquita del ratón. El paso escalador es el paso del sanguchito, porque suben haciendo pan y queso. La cuña es una casita y, cuando se quiere frenar, hay que abrir las piernas y hacer la casita bien grande, para que entre un elefante gordo. Eso sí: si cruzan un esquí sobre otro, le pisan la nariz al elefante.Todo...

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