Una elección que abrió nuevas incógnitas

Dónde estuvieron los ausentes? ¿Dónde, porque fue a votar casi el 8% menos que los votantes de las PASO de 2011? ¿Viven en el conurbano profundo, que sufrió una vasta inundación? ¿O son sectores acomodados e independientes que eligieron evitar las dificultades de la incesante lluvia? En la respuesta a esas preguntas se esconde la posibilidad -o no- de que Daniel Scioli pueda ganar en primera vuelta en octubre. No son las únicas preguntas, pero son, quizás, las más cruciales. Sobre todo después de que el escrutinio definitivo (trámite lento y confuso como pocas veces se vio) acercara a Scioli al 40% de los votos y lo dejara a 8 puntos de Mauricio Macri.

Si fuera parte del conurbano el que faltó, Scioli estaría acariciando con sus dedos una victoria en la primera ronda. La presencia de esos sectores en los comicios del 25 de octubre le permitirían superar el 40% de los votos y alargar su diferencia con Macri a más de diez puntos. Si, por el contrario, fueran núcleos sociales más altos los se quedaron en casa (y fueran a votar en octubre), Scioli estaría condenado a una segunda vuelta y Macri podría seguir soñando con alcanzar la Presidencia en las eventuales elecciones del 22 de noviembre. La posibilidad técnica de conocer dónde estuvo el mayor ausentismo es posible, pero necesita de un análisis profundo que llevará 24 o 48 horas más.

Lo único que se sabe es que hubo una espectacular movilización del aparato peronista de la provincia de Buenos Aires, más entusiasmado, es cierto, por la disputa entre Aníbal Fernández y Julián Domínguez que por la competencia presidencial. Entusiasmo que sirvió de poco: Scioli sacó más votos que sus candidatos a gobernador. Nunca, como anteayer, ese aparato había sido, además, tan obsceno a la hora de mostrar las trampas de su oficio. Muchísimas boletas de Macri y de Sergio Massa aparecieron tiradas en cunetas de la vasta provincia. ¿Qué porcentaje de votos opositores se quedó en el camino? ¿Fue entre 3 y 4% del total, como afirman dirigentes duhaldistas que conocen esas tretas? ¿O fue menor e insignificante? El actual sistema de votación dejará esas preguntas definitivamente sin respuestas.

El hurto de boletas, con todo, no fue una catástrofe por la intensa movilización de fiscales de Pro, que cumplieron más de lo que prometieron. Todo eso sucedió a pesar del buen desempeño del juez electoral de La Plata, Laureano Durán, y de la secretaria electoral, Belén Vergara, una mujer que pasó su vida controlando las...

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