Los ejes del discurso de Macri y la idea de la campaña permanente

Desde el inicio de la gestión presidencial hasta las elecciones de medio término de 2017, el gobierno de consolidó sus bases de apoyo en las expectativas favorables frente al futuro. El Presidente, con sus últimos gestos, está buscando recrear esas expectativas como combustible político. No fue casual que, durante su reciente conferencia de prensa, repitiera una docena de veces la palabra "futuro". Es una manera de persuadir a la ciudadanía de que, aunque el presente diste de ser el mejor, las soluciones no vendrán del pasado. Hay motivos para dudar acerca de si podrá recomponer la confianza: la triste realidad indica que la gran mayoría de los pronósticos del primer mandatario en materia económica se vieron incumplidos uno tras otro. Los más recordados son la idea de que en el segundo semestre de 2016 todo estaría mejor y la más cercana, de que lo peor ya pasó.Hoy es difícil sostener que lo peor ha pasado. El trimestre julio-septiembre estará signado por una pérdida de poder adquisitivo que afectará negativamente el consumo, al tiempo que el freno a la obra pública para disminuir el gasto público y el déficit fiscal, junto a los coletazos de la devaluación del peso, ya ha comenzado a deteriorar al sector de la construcción, que había sido uno de los más dinámicos hasta el primer trimestre de este año.Hay datos positivos, con todo. En el primer semestre del año, el déficit primario del Estado representó solo el 0,9% del PBI, por lo cual, de acuerdo con consultoras como Ecolatina, la meta fiscal para 2018...

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