Efecto Messi: cómo explicarles a los más chicos el llanto del ídolo

Aron se sacó la campera y salió corriendo a la canchita: llevaba puesta la remera del Barcelona, la 10, la de su ídolo máximo, ésa que tiene escrito en amarillo "Messi". Las cinco letras se repetían en las espaldas rojas y azules o celestes y blancas de muchos otros chicos que en ese momento corrían detrás de la pelota en la escuelita de fútbol de Marangoni. Ni siquiera habían pasado dos días del penal arriba del travesaño, del llanto del crack y de su renuncia a la selección.

Con la botinera en la mano, que también tiene la figura de Messi, Gabriela Gritti, la madre de Aron, recordó lo mal que lo pasó su hijo el domingo: "Lloraba y no lo podíamos consolar. Nunca se enoja, pero le dio angustia verlo llorar a Messi. Eso es lo que más le dolió: verlo llorar a él, a su ídolo".

Pero la angustia no se cortó ahí. Cuando el lunes pasado llegó del colegio, Aron le dijo: "Mamá me enteré de que Messi se va. ¿Es verdad que se va?". Y se largó a llorar otra vez.

La angustia de Aron es la de muchos chicos que el domingo vivieron en directo el quiebre de su ídolo, que lo llevó a anunciar que dejaría la selección nacional y que generó una suerte de operativo clamor para que no se vaya. Pero detrás de esa tristeza que se hizo viral en una infinidad de videos y fotos que circularon por las redes sociales, aparecieron preguntas entre los adultos: ¿Cómo explicarles el quiebre del ídolo? ¿Cómo canalizar esa frustración?

Cada uno reaccionó a su manera. Ignacio Rey, de 8 años, se fue a su cuarto y rompió el póster de la selección. Pedro Rosenman, de 5, se quedó callado, como si no pudiera entender lo que había pasado. Luciano Eisenstein, de 8, lo sufrió menos que las dos finales anteriores, pero quedó muy triste. Y una chica, como se vio en una foto que se hizo viral, se acercó al televisor con un pañuelo para secarle las lágrimas a Messi. Más allá de las diferencias, hay una palabra clave que los engloba a todos: "identificación".

Messi es un ídolo futbolístico joven, y el fútbol "es el reinado de las expectativas identificatorias de cualquier niño que tenga relación con ese deporte". Así lo observa el doctor en Psicología Marcelo Halfon, que se refiere a tres factores que integran este cóctel emocional: la avidez de modelos identificatorios que existe en la infancia, la oferta identificatoria que les dan los padres a los chicos y el medio sociocultural en el que ellos se desarrollan.

"Más allá de la oferta y demanda, la clave es lo que sucede en esta época...

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