Educación, odio y tortura.

AutorHéctor Hugo Boleso
CargoAbogado - Juez del trabajo en Corrientes - Docente universitario

Cambiamos ojos por cielo

sus palabras tan dulces, tan claras

cambiamos por truenos…

Cambiamos fe por lágrimas

con qué libro se educó esta bestia

con saña y sin alma…

Voy a cubrir tu lucha más que con flores

Voy a cuidar de tu bondad más que con plegarias

¡Bajen las armas

que aquí solo hay pibes comiendo! (León Gieco:

El ángel de la bicicleta)

Educación u odio

El odio es una de las expresiones del mal. El mal pertenece al drama de la libertad humana. Es el precio de la libertad.

Capón Filas propone considerar a hombres y mujeres como seres ecosistémicos, pasionales, sociales, reflexivos, sostenidos en la existencia 1. Ello nos aleja del mundo de la simple naturaleza. Tenemos una conciencia, la que se desgaja, se erige en libertad, ante un horizonte de posibilidades.

Una de las herramientas para desactivar –o al menos para atenuar- el odio, sin dudas es la educación.

Educación en valores democráticos e igualitarios. Educación en derechos humanos. En solidaridad.

La democracia reside en la soberanía del pueblo. Por lo que, debe educarse al soberano, en la conciencia que el poder es voluntad consensual de la comunidad o del pueblo, quién exige obediencia de la autoridad –en primer lugar-.

Entonces, la acción política se funda más en la fraternidad (un valor positivo) que en la dominación (Weber) o la enemistad (Scmitt), y aunque esta última exista, debe disciplinarse para llegar a ser una relación política (de de político de la acción es, justamente que promueve la amistad ciudadana y no la oposición destructiva 2.

Si la actual era del capitalismo global es una época de intensa competición –lógica de ganadores y perdedores-; la educación debe enseñar a que nos relacionemos a través de la cooperación y la solidaridad. Al fin de cuentas, el egoísmo es una de las formas del odio.

Una educadora sostiene que: “Al nacer, la criatura humana…ingresa a una Sociedad con un sistema educativo vigente que, sintetiza metas y objetivos a perseguir, contenidos a desarrollar, técnicas a aplicar y resultados a obtener no sólo para beneficio del ciudadano sino también para el bien común de todos”… la educación sigue siendo el instrumento más poderoso que una sociedad posee para crecer, sustentarse y permanecer.

La educación es un juego de compensaciones y equilibrios en el cual los ciudadanos, tienen un protagonismo que debe tender al bienestar armónico del conjunto social… La educación es el semillero, el cultivo y crecimiento de los talentos y capacidades de cada individuo en, por y para el beneficio de su universo. Desconocer el derecho de cada ser humano a expandir todo su potencial como persona lleva a la frustración y a la desesperanza, con probables riesgos de inclinación a la drogadicción o a la violencia. Sin educación no hay proyección…

Una sociedad que desee tener presencia en un mundo global demanda estar conformada por ciudadanos educados, que puedan expresar opiniones con fundamentos lógicos con demanda convincente y buscando soluciones pacíficas y no así por sectores sociales ignorantes y silenciosos, proclives a interrumpir, tarde o temprano, con violencia y desmanes, al no encontrar salidas para mejorar sus vidas 3.

La educación, resulta ser un instrumento que libera, por que amplía nuestros márgenes de libertad ante el horizonte de posibilidades, que se presenta, entonces con mayor apertura.

Es este un principio fundamental que está en el meollo de la construcción de una sociedad más justa, porque la educación es el camino mejor y más fiable para salir de la pobreza y la marginación 4. Y es obvio de la violencia.

Un rol destacado le incumbe al educador. Se ha comprobado que la intervención de los docentes frente a situaciones conflictivas disminuye casi a la mitad las situaciones de violencia entre los alumnos 5. Por lo que: a pesar de la actual crisis de autoridad de los adultos, el papel del maestro sigue siendo fundamental a la hora de resolver cualquier práctica de violencia dentro del aula. Por ello, debe fortalecerse el rol de los docentes como transmisores de conocimiento, solidaridad y respeto.

Para Freire: la educación “…debe ser una acción cultural para la libertad,…la acción liberadora, debe intentar, a través de la reflexión y de la acción, transformar la opresión en independencia... nadie se libera solo (ni) tampoco es liberación de unos hecha por otros” 6. Hombres y mujeres se liberan en comunión.

Este es un punto crucial, porque la liberación debe hacerse fundada en el amor a la vida, sin odio.

“Los oprimidos que se “forman” en el amor a la muerte, que caracteriza el clima de la opresión, deben encontrar en su lucha el camino del amor a la vida”7.

Volvamos a la relación entre conciencia y libertad. El odio –forma del mal- es un nombre que se dá a lo amenazador. Un sentimiento que sale al paso de la conciencia libre y que ésta puede realizar. Por lo tanto, el odio es entropía, un agujero negro que se enfrenta a la conciencia y ésta puede elegir la crueldad o la destrucción por ella misma 8.

Ante el reconocimiento de la enorme fragilidad de la condición humana, ello nos debería llevar al espíritu de solidaridad humana y a la concientización de un deber de humanidad en relación con el Otro.

Capón Filas dice que: “Ante el Otro nos asombramos, lo respetamos y co-operamos con él, con lo poco o mucho que poseamos. Como carecemos de riqueza (todos los hombres, en mayor o menor medida, sufrimos esa indigencia), los medios ante la dignidad son pobres” 9.

Coincidentemente Freire dice que la trascendencia del hombre se basa en la raíz de su finitud, en la conciencia que tiene de esta finitud del ser inacabado que es y su plenitud se halla en la unión con su Creador. Por ser finito e indigente tiene el hombre, en la trascendencia por el amor, la posibilidad de retornar a su fuente, que lo libera. En el acto de discernir porqué existe, y no sólo porqué vive se halla la raíz del descubrimiento de su temporalidad 10.

El odio es la negación, el desprecio del Otro. Nuestra conciencia libre –el ser humano debe dirigir su propia vida- elige la crueldad.

De ahí que la educación en el amor, en el respeto a los derechos humanos, resulte la vía idónea para iluminar nuestra conciencia libre.

Aún se halla pendiente de implementar la declaración de la Asamblea General de la ONU, que en 1948 proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos “como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones...

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