Economistas a coro: el debate sobre qué hacer en 2016

Condenado por los dioses, Sísifo empujaba una piedra día tras día hacia la cima de la montaña. El esfuerzo no era más que para que la enorme roca volviera a rodar por la ladera hasta el punto de partida, donde Sísifo volvía a cargar con su frustrante y eterna tarea.

El mito griego podría constituir una metáfora de la en cada ciclo político -así lo graficó el economista Orlando Ferreres-, al cabo del cual los sucesores reciben el poder en medio de un y deben evaluar y decidir cómo encaminar las cosas. Volverá a ocurrir en pocos meses, cuando la Presidenta entregue el mando, tras 12 años de gestión kirchnerista. El próximo gobierno recibirá una piedra que se ha agrandado en la rodada como una bola de nieve. La cuesta arriba para recuperar la estabilidad macroeconómica será aún más desafiante si se tiene en cuenta que las condiciones externas son adversas. De hecho, una observación de no pocos analistas es que la Argentina se comportó como si los buenos tiempos hubieran llegado para quedarse, de lo que se deriva, por caso, el creciente déficit fiscal.

Aunque en términos más técnicos, esas ideas sobrevolaron en las exposiciones de la mayoría de los oradores del Congreso Económico Argentino, desarrollado el miércoles y jueves pasado en el hotel Hilton, de Puerto Madero, y organizado por la consultora Invecq, que convivió con la Exposición de Economía, Finanzas e Inversiones (ExpoEFI).

Especialistas en distintos aspectos de la economía y analistas políticos coincidieron -salvo excepciones- en marcar un punto de inflexión en las elecciones de octubre.

Evaluaron el legado y, respecto del denominador común de la necesidad de cambios, definieron los desafíos para después del 10 de diciembre. Y entró en debate la cuestión de si convienen políticas graduales o de shock.

El uso recurrente de las palabras "normalizar" y "sincerar" pareció sintetizar las tareas por delante: la macroeconomía necesita ajustes y medidas que dejen de ahuyentar la inversión, alienten la producción y pongan freno al alza de precios. También urge, entre tanto enredo de subsidios estatales y de estadísticas manipuladas, poder conocer cifras que revelen cómo está el país, sin que haya fallas en la credibilidad.

No hubo dudas de que, para el que llegue al poder, el primer tramo será el más empinado. Salir del cepo cambiario -un tema sobre el que las declaraciones de Mauricio Macri respecto de que lo eliminaría el 11 de diciembre, generaron revuelo esta semana-; solucionar el problema de los holdouts; corregir las tarifas de servicios púbicos y el tipo de cambio, y resolver las deficiencias en la infraestructura, sobre todo, energética y vial... Esas y otras son las tareas pendientes, que requerirán de medidas cuya implementación no podrá evitar una mirada al escenario internacional, donde el dólar se fortalece, los precios de los commodities siguen bajos y Brasil, socio estratégico, se debilita y devalúa el real (ver recuadro).

Ferreres calificó de urgente la necesidad de salir del cepo cambiario y reducir el déficit fiscal "para no tener inflación". Una de las claves, según coincidió con varios colegas, es la eliminación de subsidios que "explican la mayor parte del déficit fiscal". Y agregó...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR