La nueva política económica tiene ejes contradictorios, según analistas

Una confusa política de control cambiario para acotar la salida de capitales, ajuste fiscal y de las tasas de interés, una inflación que sigue negándose y otro intento para arreglar la deuda impaga con el Club de París después de diez años de default. Tras las elecciones del mes pasado, éstos son los grandes y contradictorios ejes de la política económica del Gobierno, que reflejan la preocupación por el progresivo agotamiento de los "colchones" que permitieron el fuerte crecimiento económico de los últimos años.Economistas y ejecutivos del sistema financiero indicaron a LA NACION que esperan que en los próximos días se devele el misterio en torno del próximo ministro de Economía y del futuro del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Los candidatos para suceder a Amado Boudou en el Palacio de Hacienda van desde el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, hasta la presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, pasando por el economista Mario Blejer, de buen diálogo con el Poder Ejecutivo.Pero el interés de los analistas parece estar más focalizado en el futuro -y la influencia- de Moreno luego del 10 de diciembre; pese a la promesa del polémico funcionario de que se retirará "a su casa", su hiperactividad en las últimas semanas en los controles cambiarios informales parecen indicar lo contrario. La continuidad de Moreno en cualquier cargo importante, aclararon, reflejará que el Gobierno no va a cambiar. Heterodoxos u ortodoxos, cercanos o no al Gobierno, los especialistas señalaron que la economía de 2012 exhibirá un crecimiento bajo respecto de este año.Más allá de los nombres y del estilo elegido, la otra señal importante será la estrategia financiera del Gobierno para pagar la deuda el año próximo. Fuentes diplomáticas indicaron a LA NACION que, la semana entrante, los acreedores reunidos en el Club de París invitarían con una carta al Gobierno a que haga una oferta formal para pagar esta deuda de US$ 8900 millones, acumulada desde 2001.La última idea informal del Gobierno, en julio, fue saldarla en cinco años. La respuesta fue que ésa era una base razonable para negociar, y ahora tanto Estados Unidos como Alemania aceptarían un pago en cuatro años.En cambio, hay pocas expectativas en torno del posible regreso del Gobierno al mercado voluntario de deuda en los próximos meses, según el comentario reciente de funcionarios de la Secretaría de Finanzas a inversores. "No están...

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