Economía poética

Cinco y cuatro: ¡diez denarios!Mal la cuenta, PerdularioEs correcta, don Actuariolo que sobra... es solidario.(Anónimo, siglo XVII)La Argentina enfrenta una crisis profunda, resultado de muchos años de populismo. Para salir de ella es indispensable convocar a un esfuerzo colectivo, no mediante fórmulas autoritarias, como en China, sino mediante incentivos que generen prosperidad.Como la rueda ya ha sido inventada, no hay fórmulas misteriosas al tiempo de alinear esfuerzos para la creación genuina de riqueza. Aunque convulsionados, eso lo saben bien los países de la Unión Europea, desde los escandinavos hasta las 15 repúblicas que integraban la URSS. Y la mayoría de América Latina, salvo los enclaves de pobreza y sumisión, como Cuba, Venezuela y Nicaragua.También los países con culturas milenarias, como los "dragones asiáticos" (Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur); los vecinos India y Paquistán; el sudeste asiático (Singapur, Malasia, Tailandia, Indonesia); los discípulos de China: Camboya, Vietnam y Laos, e incluso las nuevas economías africanas, como Botswana, Ghana, Nigeria y Luanda. A su manera, intentan participar en el comercio mundial y atraer inversiones extranjeras con modelos capitalistas de distinta factura. Algunos, con marcos institucionales democráticos, y otros, autoritarios. Algunos, con gobiernos transparentes, y otros, corruptos. Pero todos utilizan un lenguaje parecido en un contexto cada vez más difícil en que los ahorros buscan refugio en activos seguros.Ese lenguaje, común y corriente en la redondez del planeta, no figura en los discursos o declaraciones del frente que nos gobierna. Es una buena noticia para el resto del mundo, ya que dejamos de competir en la puja por atraer inversores.En una versión aggiornada del vivir con lo nuestro, ahora la viga maestra de nuestro desarrollo económico será la solidaridad: la unión de todos en la batalla contra la pobreza, los oligopolios, la deuda externa y la justicia "ilegítima". Sin embargo, ello implica poner el carro delante de los caballos. La solidaridad es para distribuir riqueza mientras esta se crea con mayor productividad. Esta es la locomotora; aquella, el vagón comedor.Impulsar una economía a partir de la solidaridad es una propuesta inusual, más apropiada para el púlpito que para ministerios de hacienda o de producción. Alguno habrá imaginado que, ante la crisis, es mejor apelar a formas poéticas que a la dureza de los números. En el lenguaje de Lope o de Lorca, cinco...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR