La economía en 2018: expectativas en tiempos de reformas

Por decisión o por resignación, el Gobierno priorizará el año próximo la consolidación del crecimiento económico por encima de la velocidad de la reducción de la inflación.

El Gobierno quiere aprovechar el envión de este año, que terminará con un crecimiento del PBI cercano al 3% y una inflación del 24%, para lograr el segundo año de crecimiento en forma consecutiva, un fenómeno que no se logra desde hace seis años.

Dado que el ajuste de precios relativos se mantendrá el año que viene, el Banco Central ya se resignó a que la inflación core -que no toma en cuenta ni los precios estacionales ni los regulados- recién podría alcanzar una velocidad crucero del 1% mensual en el segundo trimestre del año próximo.

En este sentido, aunque a veces hay fuertes discusiones conceptuales entre los funcionarios del Banco Central y los del equipo económico, los intereses parecen alineados, aunque sea por diferentes razones. Todos coinciden en que la inflación tardará en bajar y el Gobierno cree que hay que garantizar, al menos, que la economía crezca un 3,5% el año próximo.

En la Casa de Gobierno, un calificado funcionario que monitorea la evolución de la economía dijo a LA NACION: "No me preocupa tanto que se demore la baja de la inflación como que no logremos crecer igual o un poco más que este año".

El crecimiento por dos años consecutivos sería clave para mejorar las expectativas de inversión, empleo y consumo.

Pero acá se plantea otro dilema: el Gobierno también está bastante preocupado por el atraso del tipo de cambio, y por esta razón también quiere que el Banco Central reduzca la tasa de interés. "Es la cuestión más compleja que tenemos para resolver", admitió el funcionario.

Otro importante integrante del Gobierno aseguró que ceder en 2 o 3 puntos en la tasa de interés no afectará en forma sustancial la lucha contra la inflación, pero sí puede ser relevante para robustecer el crecimiento económico. Y, a la vez, indicó que crecer 4% o 5% es mejor que un 2% o 3%, en términos de lograr los objetivos de reducir el déficit fiscal, generar empleo y estabilizar las muy altas necesidades financieras.

Por esta razón, pasado el período de reformas de este mes, el equipo económico buscará mejorar la coordinación con el Banco Central.

Aprobada la reforma previsional, el Gobierno respira más aliviado, ya que se trataba de la más controvertida de las discusiones legislativas. En voz baja, los funcionarios admiten que el Gobierno se ahorrará unos $ 70.000 millones por el cambio en la fórmula de ajuste en los haberes, aunque una parte de esa mejora en las cuentas fiscales se perderá con la aplicación de la reforma tributaria, que se convertirá en ley la semana próxima.

"El día que ganamos las elecciones legislativas nadie podía creer que íbamos a tener la...

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